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Adolfo Suárez cumple 75 años El motor de la Transición

Por SONIA APARICIO.

Pocas veces un político recibe en vida el reconocimiento histórico a su labor. Adolfo Suárez González (Cebreros, Ávila, 25 de septiembre de 1932), primer presidente de la democracia española, es uno de esos pocos ’elegidos’. Las fechas clave de su vida política coinciden con los momentos más intensos de la Historia de España en los años que siguieron a la muerte de Franco.

Muy poco entusiasmo y muchas críticas provocó su nombramiento, el 3 de julio de 1976. Para los sectores más conservadores del régimen, el Rey había elegido a un político demasiado joven y sin experiencia; y la oposición que soñaba con la democracia tampoco recibió con buenos ojos a quien había sido gobernador civil de Segovia (1969-1973), director general de TVE (1969-1973) y ministro secretario general del Movimiento en el gabinete de Arias Navarro (1975-1976). Nadie imaginaba entonces que, 20 años después, aquel licenciado en Derecho recibiría el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su «ejemplar comportamiento político en la fundación de nuestra democracia».

Los 11 meses que gobernó Suárez hasta la celebración de las primeras elecciones democráticas estuvieron marcados por la oposición del búnker franquista, el terrorismo de ETA y los GRAPO y la violencia de los grupos de extrema derecha. Suárez llevó hasta el límite sus intenciones de diálogo y consenso, teniendo siempre en mente el objetivo de legalizar los partidos para garantizar unos comicios verdaderamente libres. Históricos son sus encuentros con líderes como Felipe González (PSOE), Jordi Pujol (CDC) o Santiago Carrillo (PCE).

La aprobación de la Ley para la Reforma Política, primer paso para la desaparición del régimen franquista, dio al proyecto de Suárez la legitimidad social que se le negaba en otras esferas. Después, la legalización de partidos y sindicatos, la amnistía para presos políticos y el regreso del exilio de los principales líderes del PCE son sólo los pasos previos hacia la primera cita con la democracia desde la época de la Segunda República: el 15 de junio de 1977 la mayoría de los españoles da su confianza a la coalición fundada por Suárez, la Unión de Centro Democrático (UCD). Comienza una etapa en la que se firman los Pactos de la Moncloa para el saneamiento de la economía, se aprueban los estatutos de preautonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia y se redacta, con el consenso de todos los grupos políticos, la Constitución. El triunfo de la UCD en las segundas elecciones, las de 1979, convierte a Adolfo Suárez en el primer presidente constitucional.

Su protagonismo en política estuvo ligado a la época dorada de la UCD. Las críticas a su gestión provocan su dimisión, el 29 de enero de 1981. Y como presidente en funciones, jugaría un papel clave durante el golpe de Estado del 23-F. Después, las divisiones internas en el partido le llevan a abandonarlo y a abrir su propio bufete jurídico en Madrid. Pero no renuncia a sus aspiraciones políticas: el recién nombrado Duque de Suárez funda el Centro Democrático y Social (CDS), que en las generales que en 1982 ganó el PSOE sólo logró dos diputados —la UCD, ya sin Suárez, se convirtió en la cuarta fuerza política, por detrás de AP y CiU— y que en los comicios de 1986, desaparecida la UCD, logró hasta 19 escaños. Pero el declive del partido en 1989 (perdió 5 diputados) y los malos resultados en las municipales y aut