Felipe II, el mayor imperio de la Historia

Viernes 28/03/2008 ;
JOSE MARÍA PLAZA

Una gran herencia. Hay hijos que tienen a su padre como espejo donde mirarse: Felipe II fue una de ellos. A pesar de sus muchos méritos, sintió que no alcanzaba la grandeza de su progenitor, el emperador Carlos V, quien no pudo dejarle las tierras alemanas, pero le legó un imperio europeo y americano, y también, algunos de sus muchos problemas: el mayor, la defensa de la fe católica frente al protestantismo que dividía a Europa. Su madre, Isabel de Portugal fue una de las mujeres más bellas de su tiempo y tuvo gran influencia en su hijo.

El mayor reino del mundo. Nacido en el 1527, desde niño se le preparó para ser rey y asumir su gran responsabilidad. A los 12 años, al mismo tiempo que muere su madre, inicia sus tareas políticas al quedarse como regente de España tras el viaje de su padre a los Países Bajos. Asumió el trono del imperio y de sus territorios a los 29 años, cuando su padre, cansado de tanta guerra, decide retirarse a un monasterio. Felipe II reinará en España y sus posesiones de ultramar, más de media Italia, los Países Bajos, Orán, Túnez, Portugal y todos sus territorios de América, África y Asia. Por eso se dice que en sus extensos dominios no se ponía nunca el sol.

Cuatro matrimonios. Una de sus preocupaciones fue mantener unido tan vasto territorio. Para ello, y al igual que hiciera su bisabuelo Fernando el Católico, elaboró una política de alianzas matrimoniales: se casó, respectivamente, con María de Portugal, María Tudor de Inglaterra, Isabel de Valois (Francia) y con su sobrina Ana de Austria (Alemania) con quien tuvo varios hijos, entre ellos, el sucesor Felipe III. A pesar de su grandeza era un hombre sencillo al que le gustaba la música, la caza, iba a misa andando y se paraba a hablar con sus súbditos.

Sus enemigos. Si tuvo abundantes problemas internos, la política exterior fue un continuo desgaste: se enfrentó con Francia por las tierras de Nápoles y Milán; luchó contra los turcos por el control del Mediterráneo y los venció en la famosa batalla de Lepanto, en la que estuvo Miguel de Cervantes; y chocó con Inglaterra por el dominio del mar. Contra esta nación mandó la Armada Invencible, que fue derrotada por una gran tormenta. Ese incidente marcó el declive marítimo español.

Luces y sombras. El mayor triunfo de Felipe II fue lograr la unidad ibérica: España y Portugal. Es la última vez que los dos países formen una sola nación. El gran fracaso: la unidad de fe católica en Europa, algo que no logró, pues el protestantismo se extendió por el centro del continente e Inglaterra, y consumió gran parte de sus fuerzas y dinero. Felipe II nos legó el Monasterio de El Escorial, una joya del arquitecto Juan de Herrera.

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