En Francia, al menos­…

Cambian los tiempos. Grandes intelectuales contra el Sistema Andrea Massari - 20 de julio de 2011

La disidencia de los intelectuales precedió a la caída de la Unión Soviética. La revuelta de los intelectuales contemporáneos podría anunciar la caída del imperio cosmopolita. Es cierto que los oligarcas del Sistema son poderosos: poseen el dinero y controlan los medios convencionales. Pero el poder de los oligarcas está triplemente amenazado: por la revuelta populista, por la revuelta digital, pero también por la de intelectuales. Cada vez son más numerosos los filósofos, antropólogos, economistas, geopolíticos, geógrafos, sociólogos… que impugnan el desorden establecido.

Los filósofos en búsqueda del sentido

En los años cincuenta, la mayoría de los filósofos eran marxistas, mientras que en los años setenta y ochenta se convirtieron en “derechoshomistas”. Hoy muchos filósofos son acerbos críticos de la modernidad, defendiendo a menudo la vuelta a la tradición. Es el caso de Jean-François Mattéi, de Philippe Nemo, de Chantal Delsol, del escritor Richard Millet, cuyo panfleto filosófico, La fatigue du sens [El cansancio del sentido], de una radicalidad extrema, está definitivamente alejado de cualquier bien-pensancia[1].

El gran regreso de las fronteras

En la novlengua contemporánea la palabra fronteras había pasado a ser un tabú; ni siquiera se hablaba de fronteras…, salvo para suprimirlas. Régis Debray acaba de romper el tabú, publicando un Eloge des frontières [Elogio de las fronteras]. Dicho elogio fronteras es también el hilo conductor del fulgurante libro de Hervé Juvin: Le renversement du monde [El vuelco del mundo], ambos publicados por Gallimard.

La rehabilitación del proteccionismo

Frente a la gran amenaza industrial, el viejo gaullista Jean-Noël Jeanneney había publicado en 1978 Pour un nouveau protectionnisme [En pro de un nuevo proteccionismo]. Fue una especie de canto de cisne, puesto que desde finales de los años setenta el libre comercio es lo que domina, hasta el punto de que incluso se llegó a censurar al Premio Nobel de Economía Maurice Allais. Pero aquella época de censura ya ha pasado a la historia: hay actualmente economistas que se atreven a mostrarse proteccionistas. Como Jacques Sapir y Jean-Luc Gréau, que se juntaron a Gérard Dussouy, teórico de la mundialidad, y a Alain Chauvet (Otro mundo: proteccionismo contra depredación).

Sociólogos y geógrafos examinan críticamente la inmigración

El geógrafo Christophe Guilly ha dado una patada en el hormiguero con sus Fracturas francesas, donde pone de manifiesto la magnitud de las fracturas étnicas. Una fracturas étnicas que no son necesariamente sociales: en efecto, se es más rico (al menos monetariamente hablando) en Seine-Saint-Denis que en la Creuse. Otros autores que hablan con claridad y sin pelos en la lengua sobre la cuestión inmigratoria son Malika Sorel en Immigración, integración, Michèle Tribalat en Con los ojos bien cerrados (la inmigración en Francia) o Hugues Lagrange en La denegación de las culturas.

El gran retorno de la geopolítica

Cada año el Festival de Geopolítica de Grenoble, organizado por Pascal Gauchon y Jean-Marc Huissoud, muestra cómo los intelectuales vuelven a interesarse por las cuestiones del poder y de la estrategia. Entre ellos cabe destacar nombres como los de Aymeric Chauprade, Pascal Boniface, el general Desportes, Christian Harbulot, François-Bernard Huyghe o el muy conocido Alain Soral, autores todos ellos de importantes libros.

Desenmascarando al «arte» contemporáneo

Un «“arte” contemporáneo» que tiene más… de un siglo. ¡Es más que centenario! Nació en torno a 1890 y campa por los museos desde el Urinario de Duchamp de 1917. Pero las críticas contra el «arte» contemporáneo son cada vez más numerosas y virulentas. Jean-Philippe Domecq anuncia que «el arte contemporáneo se ha terminado». Esos artistas sin arte son también criticados por Jean Clair, académico y ex director del Museo Picasso, en dos libros que acaba de publicar. Sin olvidar los argumentados ataques de Aude de Kerros (El arte escondido),de Christine Sourgins (Los delirios del arte contemporáneo), de Jean-Louis Harouel (La gran falsificación del arte contemporáneo) o de Alain Paucard (Manual de resistencia contra el arte contemporáneo).

La denuncia de las oligarquías

Hace diez años, a los dirigentes rusos más o menos mafiosos que se enriquecían sobre las ruinas de la difunta Unión Soviética se les denominaba los «oligarcas». Hoy, la crítica de las oligarquías ha saltado la barrera del antiguo Telón de Acero. Apóstol de la democracia directa, Yvan Blot publica La oligarquía en el poder. Se encuentra en compañía de Alain Cotta, quien denuncia El reino de las oligarquías,y de Hervé Kempf, que publica en la prestigiosa editorial Seuil ¡Basta de oligarquía! ¡Viva la democracia! Y hasta el liberal Vincent Bénard, director nada menos que del Instituto Hayek, denuncia los «oligarquismos». Un punto de vista que recoge desde otro punto de vista el antropólogo Paul Jaurion en El capitalismo en la agonía. Así, cinco autores, partiendo de cinco puntos de vista diferentes, convergen en la misma crítica. ¡Si uno estuviera en la piel de los oligarcas, tendría ciertamente motivos para preocuparse!

Las neurociencias contra la televisión y las nuevas pedagogías

Miles de estudios científicos han probado lo dañina que es la televisión para la salud (obesidad, enfermedades cardiovasculares), así como para el desarrollo intelectual sobre todo de los niños. Con TV Lobotomía, Michel Desmurget lo fundamenta de forma definitiva, golpeando en el corazón del instrumento central para el control de las mentes.

Las neurociencias también ofrecen argumentos cruciales contra las denominadas «nuevas pedagogías», cuyos estragos en la educación son objeto de constantes denuncias, en particular por parte de Laurent Lafforgue, titular de la medalla Fields.

Una fecunda efervescencia

Lo que sorprende en este nuevo panorama intelectual es la diversidad de quienes lo componen. Hay los ya establecidos y los marginados: los autores de editoriales como Gallimard y Seuil, y los que publican sus libros casi autoeditándolos. ¡Da igual! Unos y otros triunfan gracias, en particular, a Amazon.

Hay quienes vienen de la izquierda y el marxismo, y hay quienes se declaran reaccionarios. Hay liberales lúcidos y hay lectores de Krisis.[2] Hay católicos, laicos y panteístas. Hay quienes salen de treinta años de bien-pensancia y quienes luchan desde hace treinta años contra la bien-pensancia. Hay también todos los que no vienen de ningún sitio pero respetan los hechos.

El poder de los oligarcas y el orden políticamente correcto (mundialista, «antirracista», librecambista, desmantelador de las tradiciones) se hallan bajo un triple fuego: los movimientos populistas, la blogosfera disidente y los intelectuales que rompen con el Sistema.

¡Ojalá que los acontecimientos que se anuncian propicien la convergencia entre los tres!

© www.polemia.com

1 Neologismo con el que en Francia se denomina sarcásticamente la defensa de lo políticamente correcto. (N. del T.)
[2] Revista editada por Alain de Benoist, el fundador de la mal llamada Nueva Derecha.

Fuente:
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3766


Articulo original (07 Juillet 2011):

La révolte des intellectuels contre le Système

La dissidence des intellectuels a précédé la chute de l’Union soviétique. La révolte des intellectuels contemporains pourrait bien annoncer la chute de l’empire cosmopolite. Certes, les oligarques du Système sont puissants : ils possèdent l’argent et contrôlent les médias classiques. Mais le pouvoir de ces oligarques est triplement menacé : par la révolte populiste, par la révolte numérique mais aussi par la révolte des intellectuels. Philosophes, anthropologues, économistes, géopoliticiens, géographes et sociologues sont de plus en plus nombreux à contester le désordre établi. A l’écart d’une actualité hollywoodienne, Andrea Massari nous propose de prendre un peu de hauteur… Explications.

Les philosophes à la quête du sens

Dans les années 1950, la majorité des philosophes étaient marxistes ; ils sont devenus droits-de-l’hommistes dans les années 1970/1980. Aujourd’hui, beaucoup de philosophes sont des critiques acerbes de la modernité et portent souvent la parole d’un retour à la tradition. C’est le cas de Jean-François Mattéi, auteur de La Barbarie intérieure et du Procès de l’Europe. C’est le cas de Philippe Nemo, auteur de La Régression intellectuelle de la France. Chantal Delsol dénonce, elle, L’Age du renoncement. Et avec une grande rage littéraire l’écrivain Richard Millet dénonce La Fatigue du sens et l’horizontalité du monde. Un pamphlet philosophique éloigné de toute bien-pensance et frappé du sceau de la radicalité.

Le grand retour des frontières

Dans la novlangue contemporaine le mot frontières était devenu tabou : on n’en parlait pas, si ce n’est pour les… supprimer. Régis Debray a brisé le tabou en publiant un Eloge des frontières. L’éloge des frontières, c’est aussi le fil rouge du livre fulgurant d’Hervé Juvin : Le Renversement du monde. L’économiste et anthropologue rejoint ainsi le philosophe. L’un et l’autre chez Gallimard.

La réhabilitation du protectionnisme

Face à la grande menace industrielle, le vieux gaulliste Jean-Noël Jeanneney avait publié, en 1978, Pour un nouveau protectionnisme. En forme de chant de cygne car depuis la fin des années 1970, c’est le libre-échange qui donne le tempo. Parvenant même à faire censurer le Prix Nobel Maurice Allais. Cette époque de censure est révolue : des économistes osent aujourd’hui s’afficher protectionnistes : Jacques Sapir et Jean-Luc Gréau ont rejoint Gérard Dussouy, théoricien de la mondialité, et Alain Chauvet (Un autre monde : Protectionnisme contre prédation).

Sociologues et géographes portent un regard critique sur l’immigration

Le géographe Christophe Guilly a jeté un pavé dans la mare avec ses Fractures françaises. Il y montre l’ampleur des fractures ethniques. Fractures ethniques qui ne sont pas forcément sociales : car on est plus riche (monétairement parlant, en tout cas) en Seine-Saint–Denis que dans la Creuse. De son côté, Malika Sorel tient Le langage de vérité [sur] Immigration, Intégration. Dans les mêmes perspectives que Michèle Tribalat (de l’INED) dans Les Yeux grands fermés (L’Immigration en France) ou Hugues Lagrange dans Le déni des cultures.

Le grand retour de la géopolitique

Chaque année le festival de géopolitique de Grenoble, organisé par Pascal Gauchon et Jean-Marc Huissoud, marque le retour des intellectuels vers les préoccupations de puissance : Aymeric Chauprade, auteur de Chronique du choc des civilisations, peut y croiser Pascal Boniface, auteur de Atlas du monde global et pourfendeur des Intellectuels faussaires. Hors champ, on ne saurait oublier le général Desportes, ancien directeur de l’Ecole de guerre et critique des guerres américaines. Ni Alain Soral, qui ne veut pas seulement Comprendre l’empire mais le combattre. Ni Christian Harbulot, théoricien de la guerre économique. Ni François-Bernard Huyghe, lumineux médiologue.

Le dévoilement de l’art « contemporain »

L’art « contemporain » a plus… d’un siècle. Il est plus que… centenaire ! Il est né dans les années 1890 et trône dans les musées depuis l’Urinoir de Duchamp en 1917 ! Mais les critiques de l’art « contemporain » sont de plus en plus nombreuses et acerbes. Jean-Philippe Domecq annonce que « l’art du contemporain est terminé ». Ces Artistes sans art sont aussi critiqués par Jean Clair, académicien et ancien directeur du Musée Picasso, dans L’hiver de la culture et Dialogue avec les morts. Sans oublier les charges argumentées d’Aude de Kerros (L’art caché), de Christine Sourgins (Les mirages de l’art contemporain), de Jean-Louis Harouel (La grande falsification de l’art contemporain) ou d’Alain Paucard (Manuel de résistance à l’art contemporain). La dénonciation des oligarchies

Il y a dix ans, les « oligarques » désignaient des dirigeants russes plus ou moins mafieux qui s’enrichissaient sur les ruines de l’ex-Union soviétique. Aujourd’hui, la critique des oligarchies a franchi le mur de l’ex-« rideau de fer ». Apôtre de la démocratie directe, Yvan Blot publie L’Oligarchie au pouvoir. Il se trouve en compagnie d’Alain Cotta dénonçant Le Règne des oligarchies et d’Hervé Kempf qui publie, au Seuil, L’Oligarchie, ça suffit, vive la démocratie. Et le libéral Vincent Bénard, directeur de l’Institut Hayek, dénonce les « oligarchismes ». Un point de vue que reprend d’une autre manière, l’anthropologue Paul Jorion dans Le Capitalisme à l’agonie. Ainsi cinq auteurs, partant de cinq points de vue différents, convergent dans la même critique. A la place des oligarques on s’inquiéterait !

Les neurosciences contre la télévision et les pédagogies nouvelles

Des milliers d’études scientifiques ont établi la malfaisance de la télévision sur la santé (obésité, maladies cardio-vasculaires) et le développement intellectuel en particulier des jeunes enfants. Avec TV lobotomie Michel Desmurget en fait un point sans concession, frappant au cœur l’instrument central de contrôle des esprits.

Les neurosciences offrent aussi des arguments décisifs contre les pédagogies dites « nouvelles » dont les ravages dans l’éducation sont constamment dénoncés, notamment par Laurent Lafforgue, médaille Fields.

Un bouillonnement fécond

Ce qui est frappant dans ce nouveau paysage intellectuel, c’est la diversité de ceux qui le composent. Il y a les établis et les marginaux : ceux qui ont pignon sur rue chez Gallimard et au Seuil, et ceux qui publient leurs livres à la limite de l’autoédition. Qu’importe, les uns et les autres rencontrent le succès grâce à Amazon notamment.

Il y a ceux qui viennent des rives de la gauche et du marxisme et ceux qui s’assument réactionnaires. Il y a des libéraux lucides et des lecteurs de Krisis. Il y a des catholiques, des laïcs et des panthéistes. Il y a ceux qui sortent de trente ans de bien-pensance et ceux qui luttent depuis trente ans contre la bien-pensance. Il y a aussi tous ceux qui viennent de nulle part mais qui respectent les faits.

Le pouvoir des oligarques et l’ordre politiquement correct (mondialiste, « antiraciste », libre-échangiste, en rupture avec les traditions) sont placés sous un triple feu : les mouvements populistes, la blogosphère dissidente et les intellectuels en rupture. Gageons que les événements qui viennent les feront converger !

Andrea Massari
5/07/2011
Polémia

Beaucoup de ces livres ont fait ou feront l’objet de recensions sur Polémia. Nos lecteurs peuvent s’y reporter. Ils peuvent aussi trouver certaines recensions sur l’excellent blog metapoinfos.hautetfort.com

Image : statue de Victor Hugo à Guernesey où il passa 15 années en exil - révolte de l’intellectuel contre le Système.

Andrea Massari

http://www.polemia.com/article.php?id=3948