Crisis financiera
A un año del inicio de la crisis Artículo publicado el 14/09/2009
Hace un año, el 15 de septiembre de 2008, el prestigioso banco Lehman Brothers se declaraba en bancarrota, lo que provocó el desplome del sistema financiero mundial. Coincidiendo con este aniversario, Barack Obama pronuncó un importante discurso en el que expuso sus planes para salir de la crisis.
Lunes, 15 de septiembre de 2008. A pocos minutos para la 1am, la quiebra de Lehman Brothers es anunciada oficialmente luego de un fin de semana de intensas negociaciones en las que participaron Timothy Geithner, entonces presidente del banco de la Reserva Federal de Nueva York, los principales representantes bancarios de la plaza y los directivos del Tesoro.
Esa fecha marcó el inicio de la crisis económica mundial más grave desde la Gran Depresión. Las imágenes de los empleados de este prestigioso banco, sacando sus pertenencias en cajas de cartón, dieron la vuelta al mundo. Días después, quebraron más de 100 bancos estadounidenses en una crisis tentacular que afectó a otras instituciones bancarias en todo el mundo.
Ese día se abrió la era de la sospecha sobre la fiabilidad de los bancos mientras que las grandes debilidades del sistema financiero salían a la luz: división de las tareas, la laxitud de las normas y de los reguladores encargados de hacerlas aplicar, política de remuneraciones que incitaba a una toma inconsiderada de riesgos y ausencia de control sobre sectores enteros de la actividad financiera.
Un año después de este tsunami financiero y de los masivos planes de rescate lanzados por los gobiernos para contener la crisis, el paisaje bancario mundial se ha visto completamente transformado de un lado y del otro del Atlántico. Así, algunas instituciones sucumbieron a los efectos de la crisis, otras han salido airosas de la tormenta. Es el caso de Goldman Sachs y Morgan Stanley, o JP Morgan que pudo comprar a Washington Mutual con el apoyo de las autoridades estadounidenses.
Para curar esta crisis sin precedentes, los grandes líderes mundiales coinciden en señalar que el remedio debe incluir una mayor regulación de los mercados financieros. Pero las modalidades para poner en marcha este control a escala internacional constituyen, todavía hoy, materia de dilatadas discusiones y de polémica. Las iniciativas más avanzadas se han logrado a niveles nacionales y se han concentrado, por ahora, en el control de los bonos, las primas excepcionales otorgadas a los corredores bancarios, en función del rendimiento. Para algunos dirigentes, como Nicolas Sarkozy y la canciller Angela Merkel, este punto es esencial para poner fin a la especulación y la toma de riesgos excesiva de los bancos en los mercados financieros.
"Las decisiones que se han tomado no permiten ir hacia un crecimiento económico duradero" (Stiglitz)
Algunos analistas como el economista estadounidense, Joseph Stiglizt, Premio Nobel de Economía 2001, se muestran escépticos ante la situación actual. En entrevista con la radio pública francesa, Stiglitz dijo el lunes que los signos actuales de recuperación económica no significan que vayamos hacia un crecimiento económico robusto.
“Es verdad que ya no estamos al borde del precipicio. Pero el año pasado, se tomaron muy malas decisiones; había pánico en Washington y en las plazas financieras. Ese sentimiento de pánico ha desaparecido y quizás en los meses que vienen, tendremos incluso un crecimiento económico. Pero si nos hiciéramos las siguientes preguntas: ¿hemos restaurado las instituciones financieras, partiendo sobre bases sanas?, ¿hemos reformado las reglas de forma de alejar el riesgo de que volvamos a vivir la misma crisis?, ¿vamos hacia un crecimiento duradero? La respuesta, claramente, es no. A lo mejor podremos salir de esta crisis. Pero si queremos tener una economía sólida, tenemos muy poca certeza de que las decisiones que se han tomado hasta ahora nos lleven por ese camino", dijo de forma rotunda el economista estadounidense.
Joseph Stiglitz, quien es conocido por sus críticas a las medidas preconizadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a los países en crisis, cree que la economía mundial tendrá una curva en forma de “W”, es decir, que a la leve mejoría actual seguirá un estrepitoso descenso.
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