Estados Unidos

Grandes expectativas, grandes interrogantes

El discurso unificador de Barack Obama choca a partir de hoy con una realidad nacional e internacional que no admite medias tintas. Los primeros indicios de lo que será su gestión provocan interrogantes… y las primeras decepciones.

por Alejo Schapire

Artículo publicado el 20/01/2009

El primer obispo anglicano abiertamente homosexual, Gene Robinson, dio el domingo el puntapié inicial de las ceremonias de investidura. El pastor evangélico Rick Warren, conocido por sus posiciones en contra del aborto y su oposición al matrimonio homosexual, dirigió el lunes la oración en la ceremonia oficial. En el medio, el demócrata Barack Hussein Obama jurará sobre la Biblia del republicano Abraham Lincoln, quien acuñó la frase: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”

Las colosales expectativas generadas a nivel nacional e internacional con el triunfo de Obama son proporcionales a la impopularidad del legado de los dos mandatos de George W. Bush. Las primeras designaciones de peso: la Secretaría de Estado para Hillary Clinton, quien apoyó la guerra en Irak hasta convertirse en candidata presidencial, o la continuidad de Robert Gates al frente del ministerio de Defensa, tras haber servido en la administración anterior, generan ya decepciones en el campo progresista, pieza fundamental en la campaña de Obama.

La postergación de la promesa de campaña de cerrar la prisión de Guantánamo en los primeros 100 días de gobierno, por el galimatías legal de la situación de los detenidos, también provoca desazón entre los defensores de los derechos civiles. Obama se opuso a la guerra en Irak y anunció que reducirá sus tropas, pero será para transferir los soldados a Afganistán, donde continuará la “guerra contra el terrorismo” iniciada por Bush.

La actitud frente a la explosiva situación en Medio Oriente es una de las grandes incógnitas de la agenda de Obama. Entre el tradicional apoyo al aliado israelí y la expectativa entre los árabes por un presidente estadounidense llamado Hussein, Obama no podrá repetir su ensordecedor silencio durante la ofensiva israelí contra Hamas, justificado por el “no puede haber dos presidentes al mismo tiempo”. Por lo pronto, la elección de Rahm Israel Emanuel como Jefe de Gabinete fue un baldazo de agua fría para quienes desconfían de un funcionario que sirvió en las filas del ejército de Israel, tierra natal de su padre.

En el campo económico, prioridad número uno de la nueva administración, el equipo de Obama y la mayoría Demócrata de la Cámara de Representantes acordaron la pasada semana proponer al voto del Congreso un plan de reactivación económica de 825.000 millones de dólares. En lo que se percibe como un aumento de la intervención del Estado, Obama anunció un mayor control del sector financiero. Sin embargo, Obama eligió a Lawrence Summers como director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. Summers, que ejerció como ministro de Finanzas durante la era Clinton, se opuso en su momento a la reglamentación de instrumentos financieros diseñada para evitar una crisis como la de las hipotecas de riesgo (subprimes).

Queda por ver qué pasará en otros rubros más consensuales, como las promesas de seguros médicos privados accesibles y una cobertura obligatoria para los niños en Salud, y la reducción de 80% de las emisiones de gas invernadero antes de 2050, así como la creación de millones de empleos vinculados a las energías renovables en el campo de la Ecología.

En cuanto a América latina, la secretaria de Estado designada, Hillary Clinton, prometió una política de "asociación vigorosa" con América Latina. Sin embargo, aún no hay indicaciones claras de si Washington cambiará su relación con Cuba o Venezuela, en asuntos que no suelen admitir medias tintas.

http://www.rfi.fr/actues/articles/109/article_10507.asp