TÉCNICAS DE ESTUDIO

Primera clave, la motivación: quiero aprender a estudiar

(actualisé le )

Antes de adentrarnos de lleno en las técnicas de estudio, tenemos que atender a un factor más importante aún: la motivación. Querer aprender y mejorar por ti mismo es la clave de todo lo posterior

MARTA CABALLERO

No es suficiente con entender lo que deberíamos ser, a menos que no entendamos lo que somos; y no entenderemos lo que somos a menos que no entendamos lo que deberíamos ser”. La cita es de T. S. Eliot y nos sirve bien para empezar a adentrarnos en lo que será el tema de esta página todos los lunes: las técnicas de estudio. Antes de entrar a exponeros los procedimientos y la metodología tenéis que dar un paso previo: la motivación.

Lo que proponemos es que te mires a ti mismo de forma honesta y que evalúes tu actual forma de estudiar. Tienes que distinguir cuáles son tus puntos fuertes y flojos y, lo que es más importante, demostrar que estás motivado para empezar a hacer las cosas mejor. Si no estás convencido de esto, todo lo demás pierde sentido. Para estudiar mejor existen trucos, procesos, reglas, etcétera. Pero no fórmulas milagrosas. Eso sí, la motivación puede encontrarse, hay que ser optimistas.

Hoy día, nuestro entorno, con todas las opciones que nos plantea (televisión, internet, alternativas ocio...) no nos sitúa en la situación idónea para mostrar interés por el estudio. Al contrario, lo convierte en una de las últimas cosas que desearíamos hacer por las tardes después de una jornada en el instituto. Tenemos que tener en cuenta que hay tiempo para todo y que, como abordaremos más adelante, es cuestión de saber organizarse. Pero aquí volvemos al tema de hoy: para todos los procedimientos posteriores hay que partir del interés propio, que, como cualquier asignatura, hay que trabajar.

Existen dos tipos de motivación: la interna (me quiero superar a mí mismo, quiero aprender por mí mismo), y la externa (referida a todo lo que tiene que ver con los imperativos que no dependen de ti: la posibilidad del castigo de tus padres en caso de malos resultados, profesores, notas). Nuestro consejo es que, antes de pensar en reprimendas ajenas, pienses en las propias. Mejorar tus resultados motu proprio te hará sentir mejor, al tiempo que te llevará a optimizar tu tiempo, tanto el de estudio como el de ocio.

Y además

ORIENTACIÓN. El departamento de orientación de tu centro estará dispuesto a ayudarte si necesitas pautas para estudiar. Acudir a los orientadores por ti mismo es ya muestra de tu interés por mejorar, lo cual supone que habrás recorrido medio camino. Te recordamos que lo importante es que todo este proceso surja de ti y no de otros. No es ni malo ni extraño ni escandaloso asistir a sesiones con el psicólogo de tu centro. Tampoco hace falta ser un caso de fracaso escolar para hacerlo. Su trabajo es ayudarte y orientarte en cuestiones relativas a tu actividad académica, y esta ayuda puede necesitarla cualquiera.

EL CAMBIO CLAVE. Según Begoña Delgado, psicóloga y orientadora del Colegio Aljarafe de Sevilla, una vez que la motivación de los estudiantes es intrínseca, todo lo demás –mejora de resultados, participación, aumento de la atención en clase...– va solo. “La mayoría de los alumnos empiezan a mejorar desde el momento en que reconocen que quieren hacerlo. El resto de pasos son secundarios. La verdadera clave del estudio está, precisamente, en querer estudiar.

EXTERNA. Es normal que a veces se estudie por el temor a represalias externas de profesores, de los padres... pero lo fundamental es que éste no sea la única razón para estudiar. Querer aprender, saber razonar y sacar partido en tu vida del estudio deben ser las máximas fundamentales.

http://aula2.el-mundo.es/aula/noticia.php/2006/10/16/aula1160587340.html