TÉCNICAS DE ESTUDIO

Cómo estudiar y no dormirse en el intento

(actualisé le )

El estudio comienza en clase y termina en casa. El problema viene cuando hay que dedicar más horas de la cuenta a estudiar y el único escenario que tienes es el dormitorio, entre sábanas y cómodos sillones. Pero los exámenes están a la vuelta de la esquina y necesitas mirar una y otra vez los apuntes. Optas por tenderte en la cama, y los folios contigo. Te duermes. AULA quiere que sepas qué hacer para evitarlo

AULA DE EL MUNDO

La clave está en los descansos. Las horas de sueño son tan importantes como las horas de estudio. Dormir y descansar mejoran la capacidad intelectual. Así que, además de saberse la lección, lo mejor para aprobar un examen es haber dormido las horas suficientes y tener la mente despejada. El único camino para conseguirlo es hacerse un horario.

Antes de empezar a estudiar debes dividir el tiempo total del que dispones en trozos y marcarte una meta para cumplir en cada uno. Es preferible empezar con los temas más ingratos y difíciles –ya que al principio estarás más fresco– y seguir con un orden de dificultad decreciente, hasta los más fáciles y entretenidos. Sea cuál sea el horario que te planifiques si lo cumples todos los días, le sacarás mucho más fruto que si llevas estudiando todo un día completo, sin descansar.

AULA quiere ayudarte a hacer ese horario. Primero, márcate dos horas y media de tiempo por la mañana. Si eres una persona que se concentra en seguida y poco a poco se va cansando, comienza estudiando 60 minutos, descansa 15; vuelve a estudiar durante 45 minutos, para volver a descansar 15; y termina dedicando 30 minutos al estudio.

En el caso de que seas un chico al que le cueste trabajo concentrarse antes de entrar en faena, divide las dos horas y media en tres sesiones: 30 minutos de estudio y descansa 15; 60 de estudio, 15 de descanso, y 45 minutos de estudio para concluir.

Pero puede que seas de los que les cuesta mucho ponerse a estudiar. En este caso, aumenta el tiempo de estudio de manera progresiva (30 minutos, 45 y 60), intercalando dos descansos de 15.

Está claro que si planificas bien las horas de estudio, no dormirás mientras lo haces. De esta manera, lograrás aumentar tu fuerza de voluntad.

El repaso

QUÉ. A la hora de repasar, lo mejor es echarle un vistazo a los contenidos básicos de cada tema, a los apuntes, a las anotaciones que hiciste en los márgenes del libro de texto, a las observaciones que hizo tu profesor y que escribiste en el cuarderno, y a los aspectos más importantes de la lección.

CUÁNDO. Los repasos se deben realizar a diario, sobre todo en las primeras horas después de la explicación del profesor. Los métodos para repasar son la repetición y la recitación en voz alta de lo leído. Ésta es la mejor manera de no olvidar lo aprendido, ya que todos los días se revisarán los contenidos que ya se aprendieron previamente. Los repasos deben ser más frecuentes cuanto más próximos nos encontremos a la fecha del examen.

CÓMO. Según cuentan los expertos y estudiosos en la psicopedagogía, una de las formas de repasar sin cansarse es hacerlo en pequeños intervalos de tiempo. Las sesiones de estudio prolongadas traen consigo el sueño y el cansancio.

CUÁNTO TIEMPO. El tiempo que se tarda en repasar depende de la dificultad que tenga cada materia para el estudiante. Si se tiene una idea clara de la materia, en general, eso significa que los contenidos están bien organizados y hay familiaridad con ellos. Muchos estudiantes creen que el repaso debe hacerse sólo en las fechas previas a los exámenes, pero no es así. Lo único que hay que hacer cuando se aproximan las evaluaciones es intensificar la frecuencia de repaso, así se evitará la ansiedad.

http://aula2.el-mundo.es/aula/noticia.php/2004/06/07/aula1086366922.html