TÉCNICAS DE ESTUDIO

Buena organización y objetivos claros

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El tiempo que dedicamos al estudio se debe distribuir, según explican los especialistas, con arreglo a una serie de variables: el grado de dificultad que entraña la materia a estudiar, la actividad o nivel de interés y esfuerzo que requiera y también cuenta el nivel de exigencia del profesor. Descubre la mejor forma para organizarte el tiempo y sacarle mayor provecho

AMAYA LARRAÑETA

Vamos a conocer los pasos que requiere el estudio para ser aprovechado al máximo. Es necesario hacer un autoexamen previo a la sesión, no sólo para ver el nivel de conocimientos que tenemos, sino también las disposiciones psicofísicas en que nos encontramos para comenzar la tarea intelectual. Es decir, comprobar si estamos muy cansados, si tenemos problemas personales o familiares que nos puedan inquietar o distraer mucho…

Cuando uno no está en condiciones de estudiar no es conveniente hacerlo, pues lo más fácil es que aparezca el cansancio o la fatiga mental, que deteriora la salud, y hace inútil y dificultoso el esfuerzo intelectual.

A continuación se debe comprobar que se tiene a mano todo el material de trabajo: apuntes, fichas, libros de consulta, bolígrafos, papel… Por último, es necesario avivar un gran interés por asimilar bien los contenidos y mostrarse seguro y confiado, anticipando mentalmente los resultados que se pueden obtener de un estudio planificado de manera inteligente e ilusionada.

Es muy importante acostumbrarse a seguir siempre un orden en la sesión de estudio. Sugerimos el siguiente:
Comenzar con decisión. En cuanto uno se sienta a estudiar, debe desencadenarse en el cerebro el reflejo de que comienza ya la sesión de estudio, sin más preámbulos. Así, la actividad intelectual se pondrá en marcha de forma automática, sin esfuerzo.

Empezar a estudiar lo fácil. Es aconsejable comenzar por los aspectos más agradables o que ofrezcan más interés. A medida que se va profundizando en los contenidos, será más fácil acceder a lo que entraña mayor dificultad.

Lo más sencillo para el final. Dejar los trabajos sencillos, como dibujar, pasar apuntes o hacer trabajos manuales para el final, cuando se esté más cansado.

Descansar. El estudiante necesita descansar cada 50 ó 60 minutos. Tras la primera hora, cinco minutos son suficientes para hacer unas respiraciones profundas frente a la ventana, desentumecer los músculos, estirar las extremidades o beber agua. A partir de la segunda hora, aumentar el reposo a 15 minutos.

REPASAR: Todas las técnicas más eficaces para lograr contrarrestar el olvido

El olvido es un proceso de deterioro o pérdida de los conocimientos adquiridos. Suele ser un fenómeno normal en el ser humano. Siempre se pierde parte de lo aprendido, ya sea por desgaste del tejido cerebral, por no utilizarlo, por no repasarlo con mucha frecuencia y por la interferencia con otros conocimientos más nuevos.

Lo que hay que repasar son los contenidos básicos de cada tema, los apuntes y las observaciones del profesor con respecto a la lección.
Lo más conveniente es repasar en las primeras horas después de la explicación con los métodos de la repetición-recitación. Los repasos deben de ser más frecuentes cuanto más próximos nos encontremos a la primera sesión de estudio en profundidad.

Está demostrado que se aprende mejor en pequeños intervalos que en prolongadas sesiones de estudio. El tiempo que se tarda en repasar dependerá de la dificultad que tenga la materia. Ante los exámenes es necesario hacer varios repasos porque ahorran tiempo y evitan ansiedad.

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