LINGÜÍSTICA

Muchas lenguas del mundo están en peligro de extinción

GUACIMARA CASTRILLO

Una muerte cada dos semanas”. Esta es, según los expertos, la media del genocidio lingüístico que vive nuestro planeta. A este paso, en menos de un siglo habremos perdido la mitad de las lenguas que hoy se hablan en el mundo.

Contabilizarlas “es una tarea muy difícil”, explica el profesor Moreno Cabrera, lingüista y experto en la materia. “Todo depende de quién defina la lengua”. Las cifras “varían mucho”, asegura, “dependiendo de si el recuento se hace desde el prisma económico, político o lingüístico –este último es al que menos peso se otorga–”.

Un ejemplo, “en la Edad Media el gallego y el portugués eran la misma lengua”, sin embargo, “cuando Portugal y España se separaron políticamente, pasaron a considerarse distintas”. Otro caso es el de los Estados Unidos, “a los que se asocia como única lengua oficial la inglesa”, cuando en realidad, apunta el profesor, “ha sido una de las zonas del mundo con más variedad de lenguas”. De hecho, añade, “de los 600 millones de hablantes que tiene el inglés, buena parte no pueden entenderse entre ellos, pues sus lenguas han evolucionado de formas tan distintas que en la práctica son idiomas diferentes”.

Ante la confusión de estos criterios, la cifra de referencia, “que no real”, subraya el experto, es la que reconoce la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que, actualmente, se sitúa en las 6.000 lenguas. De las cuales, “el 50% habrán desaparecido en menos de 100 años”.

De las aún “vivas”, se calcula que el 96% apenas cuentan con un 4% de hablantes de la población mundial. Y, del 90% no podremos encontrar ni una sola representación en internet.

Actualmente, aclara Moreno Cabrera, “el mayor número de lenguas lo encontramos en África, seguida de Asia Oriental e Indonesia”. Por su parte, “en Asia septentrional es donde menos lenguas se hablan, pero también porque está poco poblada”. Un “auténtico genocidio”, expone, “son los casos de Australia y América del Norte”. En Australia, “antes de la llegada de los ingleses tenían alrededor de 500 lenguas, ahora hay menos de 200 y apenas las hablan unos pocos indígenas”. Aquí, “la velocidad a la que se están perdiendo es vertiginosa”.

Pero no todo es tan alarmante. “Mientras unas se pierden, otras nacen”. El problema es que “el ritmo de nacimientos es mucho más lento”. Muchas, “están surgiendo del inglés que entra en contacto con las lenguas indígenas y que termina siendo incomprensible para un británico”.

Más cosas

MORENO CABRERA. El experto con el que hemos hablado, Juan Carlos Moreno Cabrera, es catedrático de Lingüística General en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha publicado un buen número de libros y artículos sobre las lenguas del mundo y la situación de la diversidad lingüística mundial. Además, ha formado parte del comité científico del Informe sobre Lenguas del Mundo de la UNESCO.

LA TORRE DE BABEL. Según cuenta el Génesis los hombres pretendían, con la construcción de esta torre, alcanzar el cielo. Yahvé, que se oponía a que la humanidad se extendiera por toda la superficie de la Tierra, hizo que los constructores comenzasen a hablar diferentes lenguas, lo que provocó una situación de enorme confusión, de ahí la inclinación con la que se hizo esta torre en la antigua Babilonia. Con el tiempo, la Torre de Babel se ha convertido en símbolo de la confusión que invade al hombre cuando no puede comunicarse con sus semejantes porque cada uno emplea su propio idioma.

La lengua natural es la de las nuevas generaciones

En los últimos tiempos, comenta este estudioso, “se vienen intentando presentan como lenguas universales y homogéneas, el inglés, el español, el árabe culto, el chino, el ruso y el indonesio”. Mientras que, “las lenguas locales se tratan de minimizar hasta el punto de que sus propios hablantes las empiezan a despreciar convencidos de que con ella no van a ningún sitio”. Un caso “alarmante”, asevera, “es el del quechua, con el que se entienden alrededor de 30 millones de personas (sobre todo en la zona occidental de Sudamérica) y que ha sido definido como un conjunto de variedades incomprensibles entre sí”. Como ésta, “muchas otras lenguas son ignoradas”. Es así, “como comienzan a asesinarse las lenguas”.La uniformalización lingüística es “una ideología muy antigua, ya en la Biblia se hablaba de ello y, en la Edad Media, esa relevancia universal se le daba al latín”, argumenta este estudioso. Es, opina, “un mito como el de que existe un español estándar”. Ese español, “sería el basado en las normas académicas de la RAE, pero no es el natural”. Las lenguas naturales “son las que se hablan en la calle, las que evolucionan con las nuevas generaciones y distan bastante de un sitio a otro”.

El inglés, “una importancia ficticia”

La idea generalizada de que con el inglés tendremos más oportunidades “está haciendo mucho daño a las lenguas pequeñas”. El inglés, “no es tan importante, la que le hemos dado es una importancia ficticia”. A juicio del profesor Moreno Cabrera, “aprender sólo inglés, en una sociedad globalizada como la nuestra y en la que se defiende tanto el contacto entre culturas, no tiene sentido”. Lo que se debería promover, recalca, es el “plurilingüismo, y no el monolingüismo, como se tiende a hacer”. Esa sería, afirma, “una verdadera cultura de globalización y de intercambio”. En este sentido, son muchos los expertos que defienden la idea de instaurar en los centros educativos un número mayor de enseñanzas lingüísticas. “Debería existir la oportunidad de aprender cualquier tipo de idioma, sería una buena forma de conocer y valorar otras culturas”. Además, “los inmigrantes tendrían la oportunidad de conservar su idioma materno que, muchas veces, terminan perdiendo por la falta de apoyo educativo a iniciativas como ésta”.

http://aula2.el-mundo.es/aula/noticia.php/2006/02/20/aula1140200766.html