TÉCNICAS DE ESTUDIO

¿Son malos compañeros los nervios?

(actualisé le )

La tensión y los nervios acompañan a la mayoría de los estudiantes a lo largo de toda su andadura académica. Controlados y en pequeñas dosis, pueden ser incluso de ayuda para poner a funcionar la cabeza en el momento de repasar o durante el examen. Pero cuando se transforman en una pelota en el estómago, sudores y taquicardias, la cosa varía. Aprende a evitarlos y controlarlos

Faltan un par de días, una noche, unas horas o un par de minutos. Tienes que enfrentarte a un examen y empiezas a notar picores, sudor en las manos, una bola que se mueve en el estómago, se te acelera el corazón, puede que tiembles y que se te tensionen los músculos. Y no es amor. Toda esta incómoda sintomatología tiene un nombre: se llama ansiedad de ejecución.

Tranquilidad, no eres el único, muchos adultos y niños la pasan cuando se trata de rendir bien ante una prueba o una cita importante.
Si está controlada, una pequeña dosis de ansiedad puede ser positiva al llegar el momento de empezar a responder preguntas o durante las últimas horas de repaso. Así lo percibe la alumna de Segundo de Bachillerato Gema Oliver: “La noche antes del examen, cuando ya tengo la cabeza embotada, me acuesto confiando en la Gema del examen, porque sé que al día siguiente la tensión pone a funcionar mi cerebro. De pronto me acuerdo de las cosas y soy rápida redactando”.

El problema está cuando los síntomas son tan intensos que no permiten al estudiante funcionar, de forma que lo más probable sea un rendimiento bajo en el examen. Muchos incluso acusan síntomas de enfermedad (fatigas o bajada de defensas). Si te ocurre o te ha ocurrido alguna vez, tienes que calmarte pensando que este tema es controlable. Por supuesto, si no te has preparado bien el examen, es posible que te preocupes. Este tipo de ansiedad no es tan fácil de abordar porque, aunque consigas calmarte, seguirás sin saber las respuestas. Pero si el problema es que tienes tendencia a la ansiedad, lo que debes hacer es ir sobre seguro. Prepara los temas con tiempo, date a la tranquilidad que otorga tener el temario reducido en unos cuantos folios mediante esquemas, lo que permite repasar con celeridad. No hagas un esfuerzo desmedido la noche anterior, no sacrifiques horas de sueño e intenta hacer ejercicio físico el día antes, te ayudará a ir mucho más relajado al examen.

Tranquilidad

CONSEJOS ADICIONALES. Duerme bien la noche anterior del examen; no vayas con el estómago vacío y no comas alimentos con un alto nivel de azúcar, elige mejor la fruta; intenta pensar en el examen como una recompensa al esfuerzo y una liberación del el trabajo que has concluido; practica técnicas de respiración y relajación antes y durante el examen. Lee las instrucciones y las preguntas cuidadosamente, haz un esquema de respuesta o un borrador (próximamente abordaremos las técnicas en el examen); si te quedas en blanco en una pregunta, salta a otra; si te quedas totalmente en blanco, intenta escribir algo, lo que sea, en tu cabeza está la respuesta y se puede abrir en cualquier momento con un pequeño estímulo.

SI NO LO CONSIGUES. Si ninguna de estas técnicas consiguen vencer tu ansiedad, procura hablar con el orientador de tu centro o consulta un especialista. Piensa que este problema es muy normal entre estudiantes e incluso entre adultos con responsabilidades. No es crónico, con una buena atención puede solucionarse sin mayores complicaciones.

¿AMIGO DEL ‘ATRACÓN’?. Desde AULA no recomendamos los atracones finales. Sin embargo, hay a personas a las que les funcionan porque precisan de la presión temporal para ponerse las pilas. Lo comprendemos, pero si eres de estos, has un esfuerzo y trata de cambiar tu ritmo e imponerte esa presión con anterioridad.

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