MIGUEL DE UNAMUNO Padre de las nivolas y precursor del existencialismo

ANA M. RONCERO

Hijo del comerciante indiano Félix de Unamuno y de su sobrina carnal, Salomé Jugo, el escritor Miguel de Unamuno nació en la calle Ronda del casco viejo de Bilbao el 29 de septiembre de 1864. Junto a sus cuatro hermanas y su hermano pasó la infancia en su ciudad natal, estudiando en el Colegio San Nicolás y siendo testigo directo de la tercera guerra carlista, que años después plasmó en Paz en la guerra (1895), su primera obra.

Interesado en la filosofía, la filología y la historia de España, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid (ahora Universidad Complutense), graduándose a los 19 años con Sobresaliente. En su tesis doctoral, Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, sentó las bases de su ideología sobre el bilingüismo, España y el País Vasco, rebatiendo que este pueblo no esté contaminado por otras razas.

En 1885 empieza a dar clases de latín y psicología en su tierra, que compaginó con sus artículos en el Noticiero de Bilbao. Su participación en periódicos y revistas de la época fue una constante en su vida.
Su filosofía no fue sistemática sino una afirmación de la fe en sí misma y una negación de cualquier sistema, por lo que es considerado el precursor del existencialismo de los años 30, 40 y 50 del siglo XX. También fue el creador de las nivolas, palabra que él inventó para designar a sus novelas, cuyo máximo exponente es Niebla (1914).
En el ámbito académico, obtuvo la cátedra de Griego de la Universidad de Salamanca, en la que posteriormente fue rector, cargo del que fue destituido por razones políticas dos veces. Allí pasó la mayor parte de su vida, excepto el destierro a Fuerteventura y el exilio en Francia, y allí murió en su domicilio, el último día de 1936, mientras conversaba con un par de amigos. Y de ella dijo: “Salamanca, Salamanca, renaciente maravilla, académica palanca de mi visión de Castilla”.

Un escritor vasco enmarcado en la Generación del 98

Ensayista, novelista, dramaturgo, poeta, profesor, articulista... La vida de Miguel de Unamuno estuvo marcada por una intensa intelectualidad, que se vertebró en la constante preocupación por la situación de España y en el sentido de la vida humana, obsesionado con la nada que creyó que hay tras la muerte. Estos pensamientos se agudizaron entre 1897 y 1898, cuando vivió una crisis personal que le dejó un poso de por vida.

Este escritor vasco, enmarcado en la Generación del 98, plasmó esa desazón en todos los géneros que abarcó (ensayo, novela, poesía y teatro). La culminación de sus conclusiones fue San Manuel Bueno, mártir (1930). De su narrativa también cabe resaltar Amor y pedagogía (1902), Abel Sánchez (1917) y La tía Tula (1921). Entre sus ensayos destacan En torno al casticismo (1895) y Vida de don Quijote y Sancho (1905), y en su poesía, Andanzas y visiones españolas (1922) y Romancero del destierro (1928).

Filosofía y teatro

Los libros de Unamuno incorporan los estudios que hizo de los filósofos Kant, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard e Ibsen. Los más puramente filosóficos son ‘Del sentimiento trágico de la vida’ (1913) y ‘La agonía del cristianismo’ (1925). En su teatro, recibió el influjo de la tragedia griega, fue austero y esquemático y representó el drama mediante conflictos y pasiones, obteniendo escaso éxito. La actualización de ‘Fedra’ (1918) y ‘Medea’ (1933) son dos claros ejemplos.

Anécdotas

PRIMERAS OPOSICIONES. La primera vez que Unamuno opositó, competía con Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV), y con el poeta Resurrección María de Azkue, que en 1888 se adjudicó la cátedra de psicología, lógica y ética del Instituto de Bilbao.

IDEOLOGÍA POLÍTICA. Fue cambiando con el tiempo, ya que pasó de afiliarse al Partido Socialista, en 1894, a apoyar el alzamiento de las tropas del general Franco, en julio de 1936.

INJURIAS. En 1920, recién elegido por sus compañeros decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Salamanca, fue condenado a 16 años de prisión por injurias contra el rey Alfonso XIII. Nunca se cumplió la sentencia.

CONCEJAL Y DIPUTADO. Fue concejal de Salamanca dos veces, elegido en las elecciones de abril de 1931 –cuando también salió como diputado– y designado en julio de 1936.

MILLÁN-ASTRAY. Se enfrentó verbalmente con este general, al que dijo, a colación de la Guerra Civil: “Venceréis pero no convenceréis”. Cuando Millán-Astray le respondió “A mí la Legión, viva la muerte”, Unamuno espetó: “Viva la vida”.

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