El ’blues’ de la Navidad

La falta de seres queridos, las largas reuniones familiares y el consumismo generan tristeza en muchas personas

ANTONIO GONZÁLEZ - Madrid - 24/12/2007

La Navidad se interpreta siempre en principio como sinónimo de felicidad, de entrañables reuniones familiares plagadas de parabienes, de intercambio de regalos, de fiestas de amigos, etcétera. Pero la realidad puede ser bien distinta para muchas personas, que no ven en estas fechas más que un motivo para la tristeza y la melancolía. Son las víctimas de la llamada erróneamente depresión navideña, también conocida en otros países como depresión blanca, o Christmas Blues.

Para los expertos, es evidente que este estado de ánimo no se corresponde con ninguna categoría diagnóstica, ni mucho menos con una depresión propiamente dicha. Pero esa pena existe y sus consecuencias las pueden sufrir, en especial, los propios enfermos de depresión, cuyos síntomas pueden agravarse en estos días. "Una cosa es la tristeza y otra muy distinta la depresión", explica el psiquiatra Javier Garraleta, que advierte, no obstante, que en las personas predispuestas la Navidad sí puede llegar a provocar síntomas depresivos.

"La Navidad conlleva unas circunstancias emocionales peculiares, hay que enfrentarse a la alegría, a la felicidad obligatoria, y para eso hay que estar bien", explica Garraleta, que es también médico de familia en el Centro de Salud Espartero de Logroño.

Elaborar bien el duelo

Uno de los principales detonantes de este estado de ánimo es que se aviva el recuerdo de los seres queridos fallecidos recientemente, sobre todo, en los casos en los que no se ha elaborado de forma adecuada el duelo desde el punto de vista psicológico y sigue sin aceptarse la pérdida.

Además, según Garraleta, en estas fechas la gente aprovecha para hacer balance del año. Cuando ese balance es negativo, la tristeza hace su aparición. "Tener nostalgia o tristeza es incluso bueno, pero siempre que se utilicen esos sentimientos para salir adelante. Lo malo es cuando la persona rumia el pasado y acaba bloqueándose", explica.

Por su parte, el psicólogo Juan Ramos, vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, destaca que este estado de ánimo negativo es transitorio y que sería "una falacia" clasificarlo como enfermedad o incluso como trastorno. Ramos añade que la llamada depresión blanca suele afectar a personas que atribuyen a factores externos sus problemas emocionales, en lugar de responsabilizar a su propia interpretación de la realidad, que ven cargada de negatividad.

Otro de los factores que interviene es la familia, sobre todo cuando no está bien avenida. La directora del Centro de Bienestar y Psicoterapia de Madrid, Blanca Armijo, destaca en este sentido que los "conflictos latentes" que salen a flote al tener que cenar o comer, casi por obligación, con familiares a quienes no se ha visto durante todo el año, tienen consecuencias emocionales.

La llamada depresión navideña es, por tanto, pasajera, aunque si este estado de ánimo dura más de tres semanas, los expertos aconsejan buscar la ayuda de un profesional.

http://www.publico.es/ciencias/salud/030778/depresion/navidad