DIETA MEDITERRÁNEA

La alimentación que engorda los años de vida Un estudio sobre casi 400.000 personas confirma que la dieta mediterránea reduce la mortalidad en mayores

ANTONIO GONZÁLEZ - Madrid - 10/12/2007

Son innumerables los estudios que destacan las ventajas para la salud de la llamada dieta mediterránea, rica en vegetales, antioxidantes y ácidos grasos insaturados. Originaria de los países del sur de Europa, este régimen de alimentación ha suscitado un gran interés en países donde los patrones de nutrición son menos saludables, como ocurre, por ejemplo, en el ámbito anglosajón.

La revista Archives of Internal Medicine publicó ayer el estudio más amplio realizado hasta la fecha en EEUU sobre la dieta mediterránea y la salud. La investigación confirma que seguir este tipo de alimentación conlleva una reducción del riesgo de mortalidad de más del 20% en mayores, así como de la causada por cáncer y patologías cardiovasculares.

El estudio se basa en el seguimiento de 380.296 personas de entre 50 y 71 años (214.284 hombres y 166.012 mujeres), clasificados según su mayor o menor adherencia a las pautas nutricionales propias de la dieta mediterránea, a través del análisis de su consumo de verduras, legumbres, frutas y frutos secos, cereales, carne, grasas saturadas e insaturadas, pescado y alcohol.

En el transcurso de 10 años, fallecieron 27.799 personas de la muestra, y sólo en cinco años, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares
acabaron con la vida de 5.985 y 3.451 participantes, respectivamente.
Los investigadores, dirigidos por el investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) Panagiota N. Mitrou, utilizaron dos índices distintos para estudiar el nivel de seguimiento de la dieta mediterránea; y asignaron diferentes valores en cada caso al consumo de cada uno de los componentes del citado régimen alimenticio.

Pocas diferencias por sexo

La investigación revela que las bondades de la dieta mediterránea afectan con escasas diferencias a hombres y mujeres. Así, según uno de los índices utilizados, los hombres que siguieron más fielmente este tipo de alimentación se vieron beneficiados por una reducción del 23% en la mortalidad general frente a los que tenían una alimentación menos sana.

Este porcentaje asciende al 24% en lo que se refiere al riesgo de fallecimiento por enfermedad cardiovascular y al 21% por cáncer. En el caso de las mujeres, la reducción de la mortalidad general era del 22%; del 14%, por cáncer y del 21%, por enfermedad cardiovascular.
Según destacan los autores del estudio, la dieta mediterránea resulta especialmente beneficiosa entre los fumadores que presentan un índice de masa corporal [variable resultante de dividir la masa en kilos por el cuadrado de la altura en metros] de entre 18,5 y 25.

Los investigadores señalan también que la incidencia de este tipo de alimentación a la hora de reducir la mortalidad puede deberse, entre otros factores, a “su mayor capacidad antioxidante y sus bajas concentraciones de lipoproteínas de baja densidad [el llamado colesterol malo]”, así como a la presencia de fibra y ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, “que potencialmente previenen la aparición y desarrollo de cáncer”.

La importancia del ejercicio

La misma revista publica otra amplia investigación, dirigida por Michael F. Leitzmann, del Instituto Nacional de Cáncer de EEUU, que pone de relieve la importancia del ejercicio físico a la hora de reducir la mortalidad.

Los autores hicieron un seguimiento de 252.925 sujetos pertenecientes a la misma muestra que el estudio anterior, de edades entre los 50 y los 71 años, y analizaron las consecuencias de su mayor o menor afición al ejercicio físico en la mortalidad.

Según sus conclusiones, los que hicieron actividad física de forma moderada, sumando unas tres horas en toda la semana, se beneficiaron de una reducción del riesgo de muerte del 27% .

Ambos estudios, junto con otros presentados este pasado fin de semana en Philadelphia (EEUU), en la reunión de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer, confirman una vez más que comer sano y hacer ejercicio son la mejor medicina para llegar a viejo.

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¿La dieta mediterránea sigue siendo propia de los países del sur de Europa, como España?

La verdad es que en ningún país del mundo se sigue la dieta mediterránea y tampoco en España. Al menos aquí tenemos más accesibles los ingredientes, mientras que en otros países tienen más dificultades para conseguirlos. De todas formas, el problema es que luego no se comen. De hecho, los niños no los quieren ni probar, aunque también es cierto que los mayores los consumen poco en casa.

¿Por qué se ha abandonado esta dieta?

Es un problema de educación nutricional, hay que educar sobre alimentación saludable a los más pequeños, empezando por la escuela.

¿Tienen los padres alguna responsabilidad?

Los adolescentes comen lo que quieren y los niños también. Al final son ellos los que deciden qué es lo que deben comer, y eso es un problema.

¿Dónde cree que está la raíz del problema?

El problema es amplio, pero se puede decir que hemos seguido las modas que nos han llegado de fuera, sobre todo en lo que se refiere a la comida rápida. En la década de 1980, cuando empezaron a proliferar las cadenas de comida rápida, era hasta gracioso para los niños ir a comer allí. Eso fue hace más de 20 años y ya estamos viendo las consecuencias.

¿De dónde puede venir la solución?

Las autoridades tienen que implicarse, pero no sólo ellas. Es importante que se conciencien del tema hasta los medios de comunicación.

http://www.publico.es/ciencias/026397/dietamediterranea/nutricion/cancer/cardiovascular