Habilidades

Cuatro cosas que necesitas en tu trabajo y... poco más

Las habilidades más importantes a la hora de desempeñar cualquier trabajo pueden reducirse a cuatro.

GRIKER ORGEMER 02/11/2007

Cada trabajo nos pide cosas distintas, cosas que nosotros "traemos de casa" o que podemos aprender por el camino. Pero básicamente todas ellas se reducen a cuatro, que deberemos poner en juego según lo exijan nuestros objetivos y por las que se determinará nuestro valor para la empresa (lo que afectará a nuestro salario, nuestras posibilidades de promoción, nuestro prestigio? ¡casi nada!). Dejemos claro cuáles son estos cuatro componentes que hemos de vigilar siempre de cerca para posicionarnos siempre entre los mejores:

- Los conocimientos (saber qué):

Los conocimientos se incorporan a través de los sentidos, pero no sólo se adquieren en situaciones de aprendizaje formal (como cursos o seminarios), también provienen de la experiencia en situaciones cotidianas o extraordinarias durante cualquier momento de nuestra vida. Una cosa ha de quedar clara: la posesión de conocimientos no asegura que éstos vayan a ser utilizados en el trabajo. Antes será necesario recordarlos en el momento oportuno, lo que depende:

- Del número de ocasiones para el recuerdo que se presenten en el tiempo. Por ejemplo, de poco servirá conocer el funcionamiento de cierta tecnología si no tenemos acceso a ella durante años. En este caso, la aplicación de ese conocimiento se olvidará, y más tarde también lo hará el propio conocimiento.

- De las estrategias que se utilizan para recordar. Unos serán más capaces que otros en darle un significado especial a un conocimiento, en organizarlo, conservarlo y aplicarlo. Esto facilitará su recuerdo.

- Las habilidades (saber cómo):

El guía turístico puede tener muchos conocimientos de la historia de sus recorridos, pero si no sabe transmitírselo a los turistas, nunca tendrá un desempeño adecuado.

Las habilidades son cadenas de comportamiento motor y/o mental, almacenadas en la memoria, y que se recuperan cuando las necesitamos para relacionarnos con el medio. Exigen mucha práctica a fin de que puedan automatizarse.

El dominio de una habilidad siempre estará en función del mayor control automatizado de la misma, y ésta estará más automatizada cuanto más se haya practicado. Algunas, más complejas, necesitarán más práctica - como el aprendizaje de idiomas - o menos - como conducir un automóvil. Por eso es importante que aquello que se aprenda en cursos de formación se pueda practicar en el puesto.

Pero más importante aún es evitar automatizar determinadas habilidades de manera defectuosa. Es lo que comúnmente se ha denominado malos hábitos de trabajo. El problema tiene más posibilidades de ocurrir cuando el aprendizaje se construye de un modo autodidacta, o simplemente de la experiencia, sin que medie influencia teórica alguna.

- Las actitudes (querer):

Las actitudes representan creencias, valores, convicciones, ideas preconcebidas, prejuicios y temores relacionados con las diferentes cuestiones que nos rodean. Las actitudes se adquieren desde edades muy tempranas fundamentalmente por influencia social, pero la experiencia y el filtro racional también influyen decisivamente en su formación y modificación.

Las actitudes tienen un claro componente afectivo, muy asociado a la propia identidad de las personas. Pero cualquier actitud necesita justificarse racionalmente (no admitiríamos nunca ser tan emocionales). Es decir, queremos justificar con razones más o menos sólidas nuestra manera de pensar y sentir. Por último, cada actitud se manifiesta en nuestro comportamiento de una determinada manera, haciendo las cosas por las que los demás nos conocen y nos etiquetan.

Las actitudes orientan tu comportamiento. En el ámbito del trabajo, las actitudes se definen como una toma de posición ante el puesto, los compañeros, la dirección, el jefe inmediato, la formación, el paciente, etc. Este posicionamiento puede ser positivo, neutro o negativo, y se manifiesta en un sentimiento de atracción, indiferencia o rechazo.

- Las aptitudes (poder):

Una aptitud es una capacidad natural o adquirida para desarrollar determinada actividad. Podemos hablar de un potencial que se puede manifestar ahora o en el futuro.

Los seres humanos no somos buenos ni malos en todas las tareas. Por el contrario, destacamos más en aquellas actividades que requieren la intervención de nuestras aptitudes principales más fuertes (aptitud verbal, numérica, espacial, aptitud para las segundas lenguas, aptitud musical, aptitud estética, aptitud para trabajos monótonos, etc.). Las aptitudes son muy estables en el tiempo, y de alguna manera marcan el límite a lo que las personas pueden dar de sí.

No olvides, por tanto, ninguna de estas capacidades, factores, rasgos, características? que definirán tu valor como profesional. En la medida en que los cuides y los alimentes regularmente afianzarás tu posición profesional estés donde estés, ya seas autónomo, funcionario o asalariado.

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