Aspects de l’Espagne et de l’Amérique Latine / Economie

Inmigrante y joven, nuevo candidato al paro EL PARADO QUE VIENE

El parón que empieza a sufrir la construcción va a provocar modificaciones en el desempleado tipo. Los inmigrantes que trabajan en este sector, sobre el que se ha apoyado el modelo económico español, pueden dar el relevo a las mujeres jóvenes y con poca cualificación. Los más expuestos, en muchos casos, carecen de cobertura social y familiar

Pascual García.

Mujer, española, entre 16 y 19 años años, buscando su primer empleo y con baja cualificación. Este es, a día de hoy, el perfil del parado en España. Pero, según los expertos, ese perfil puede cambiar en los próximos meses para dar paso al de un trabajador inmigrante, también de escasa cualificación, que trabaja en la construcción y que no lleva demasiado tiempo viviendo en España.

En la actualidad, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, el 7% (1.760.000) de los españoles incorporados al mercado de trabajo está en el desempleo. La cifra de parados inmigrantes es mucho menor (374.000), pero el porcentaje de paro dentro de ese colectivo es muy superior al de los trabajadores nacionales (supera el 12%). Y los datos que se van conociendo del segundo semestre del año son, en opinión de Carlos Martín, miembro del gabinete económico de CCOO, «muy poco halagüeños». «Así como el primer semestre del año siguió siendo bueno, en el segundo se ha dado una clara inflexión. Ya son muchos datos los que se acumulan, no sólo de actividad, de producción en el sector de la construcción, sino de ajuste de la actividad y de expulsión de trabajadores», aseguró.

Precisamente, en agosto, el paro se incrementó en 57.958 personas, un 2,94% más que en julio, la peor cifra del mes de la última década. Y la culpa fue del sector constructor.

«Los expulsados «no encuentran recolocación en la industria, que está creciendo pero que, de momento, no está creando empleo. Fundamentalmente porque es un sector intensivo en capital, a diferencia de la construcción, que es un sector intensivo en trabajo, sobre todo en el mercado residencial, que es lo que está cayendo», sostiene Martín.

Desde el sindicato que lidera José María Fidalgo se recuerda que por cada punto que crece la actividad en la industria el empleo sólo aumenta 0,6 décimas, mientras que en la construcción, por cada punto que sube la actividad el empleo lo hace en 1,3, más del doble. Por eso, cuando cae la actividad en la construcción, el empleo cae también mucho más deprisa. Teniendo en cuenta las crisis anteriores que se han producido en el sector de la construcción, CCOO ha estimado que por cada punto que se reduce la actividad se destruyen cerca de 50.000 empleos, mientras que la industria tiene que crecer dos puntos para generar ese volumen de empleo.

Respecto al perfil de los candidatos a figurar en las listas del INEM en los próximos meses, Carlos Martín estima que va a ser el de un trabajador muy poco cualificado. «Muchos serán inmigrantes que no se van a poder acoger a la protección social bien porque no tenían papeles, bien porque no han cotizado el tiempo necesario», sostiene. Y es que este colectivo, para cobrar la prestación durante seis meses, tiene que haber acumulado un año de prestaciones.

La características de estos nuevos parados provocan problemas añadidos. «Nosotros», continúa Martín, «lo veníamos advirtiendo desde hace tiempo. Este modelo económico era muy brillante en las cifras macroeconómicas, en los beneficios empresariales, en los propios datos de creación de empleo, pero, a la vez, era un modelo que rebajaba la cohesión social y tenía serios elementos de riesgo en una situación de crisis».

Desde CCOO se expresa la preocupación del sindicato ante la posibilidad de que muchos parados no se puedan acoger a la protección social.

Además, existen diferencias notables respecto a situaciones anteriores de crisis, «cuando los trabajadores tenían muchos derechos acumulados», recuerdan. «Algunos se prejubilaban y otros se acogían al desempleo y, en el caso de los jóvenes, recién incorporados al mercado de trabajo y con menos derechos acumulados, caían a la protección familiar, afirmó Carlos Martín a este diario.

«Los inmigrantes», añadió, «se parecen mucho a los jóvenes sin cualificación, pero en su caso, no tienen la alternativa de la protección familiar, porque o tienen familias no estructuradas o en las que sí lo están todos sus miembros están ubicados en puestos de trabajo igualmente vulnerables al cambio de ciclo».

Carlos Martín recuerda que otro problema es el trasvase de empleo entre la construcción y la industria. entre otras cosas, porque la industria requiere una mano de obra más cualificada de la que utiliza la construcción. Una cualificación media alta. «De hecho», subraya, el 16% del trabajo que se realiza en la construcción no requiere ninguna cualificación, en cambio, en la industria ese porcentaje se reduce al 8%. «Ahí, concluye, «se puede producir otro cuello de botella de muchos trabajadores que son expulsados de la construcción y que no tengan la cualificación que requiere la industria. Este problema se agudiza en el caso de los inmigrantes».

En opinión de este economista, en el colectivo de trabajadores nacidos en España, el perfil va a seguir siendo el de las mujeres. «Quizás, las cifras aumenten en el colectivo de los jóvenes».

También Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos comparte la idea de que los nuevos parados procederán, fundamentalmente, del sector de la construcción, un sector que, además, recuerda, arrastra a otras muchas actividades (cemento, vidrio, ladrillo, industria auxiliar). En su opinión, también puede haber un repunte en el desempleo del sector de los servicios, fundamentalmente en actividades como la hostelería y en aquellas relacionadas con el ocio. «La gente renuncia primero a los gastos más superfluos y son estos campos los que tienen una demanda más elástica».

En cualquier caso, Iranzo no ve riesgos de crisis en los próximos 18 meses. «Sí contemplamos una desaceleración creciente en el ritmo de creación de empleo, que, evidentemente, afectará al consumo, pero no veo destrucción de empleo neto en ese plazo», precisó Iranzo.

Según los datos del último informe de afiliados extranjeros a la Seguridad Social, publicados en julio de 2007 por el Ministerio de Trabajo, el número de trabajadores extranjeros en nuestro país supera los dos millones (2.015.397), de los cuales 657.066 proceden de países de la Unión Europea y 1.358.331 de países no comunitarios. Destaca la presencia de afiliados rumanos (198.811), ecuatorianos (274.128), marroquíes (264.048) y colombianos (150.603).

Según un exhaustivo trabajo realizado por la federación del Metal, Construcción y Afines de UGT (MCA-UGT), y que, en cualquier caso, aporta información aproximada debido a las diferencias que se producen entre los distintos trabajadores inmigrantes de un mismo país, el 95% de los trabajadores del Este que trabajan en España -cerca de 300.000- son varones, la mayoría se rige por contratos temporales, tiene entre 25 y 44 años y, mayoritariamente, han cursado enseñanza secundaria o formación profesional. Son trabajadores cualificados de industria o no cualificados.

Según el sindicato que lidera Cándido Méndez, el 98% de los trabajadores africanos son varones, la mayoría tienen un contrato temporal, entre 25 y 44 años y su nivel de formación oscila entre los que han cursado enseñanza obligatoria y los que no lo han hecho. Como en el caso de los trabajadores del Este, desempeñan trabajos cualificados de industria y trabajos que no requieren de ninguna cualificación.

Por lo que al tercer gran grupo de trabajadores inmigrantes se refiere, el de los que proceden de América Latina, el informe de UGT precisa que un 90% son varones y que la mayoría (60%) tienen un contrato temporal, frente al 40% que disfrutan de un contrato fijo. Mayoritariamente se trata de trabajadores de entre 25 y 44 años cuya formación va desde la enseñanza secundaria a la obligatoria, circunstancias a las que hay que añadir otro grupo del apartado «sin enseñanza». Como en el resto de los grupos, se trata, mayoritariamente, de trabajadores cualificados de industria y de trabajadores no cualificados.

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La segunda generación de inmigrantes

Por Tom Burns Marañon.

El motor del Producto Interior Bruto, año tras año a lo largo de la última década, ha sido, como todo el mundo sabe, la construcción. Y el combustible para aumentar crecientemente sus prestaciones ha sido, como nadie ignora, la inmigración. Al reducir su marcha y su trayecto, la economía tienen que recurrir cada vez menos a ese surtidor de capital humano barato y trabajador, y la mano de obra venida de lejos comienza a sobrar. En el nuevo ejercicio de toda empresa constructora, desde la pequeña familiar hasta la gran multinacional, el primer despedido será un inmigrante, el segundo será un inmigrante y el tercero será un inmigrante. Fueron los últimos en llegar y son los que menos cuesta poner en la calle. Si el paro es siempre una pesadilla para cualquier político, la perspectiva de grandes capas de inmigrantes sin empleo supone continuas noches en vilo para todo gobernante.

Los estudiosos de la inmigración tienen un discurso algo tranquilizador. Afirman que los inmigrantes, al ser gente enormemente emprendedora, tienen la flexibilidad necesaria para capear la tempestad. Precisamente por no tener colchón y raíces en algún pueblo de la Península, por estar dispuestos a aprender las habilidades que sean necesarias y trabajar más que nadie por una remuneración que pocos españoles aceptan, saldrán adelante. Tienen, sin embargo, un discurso nada tranquilizador que se centra en la segunda generación de inmigrantes. Estos carecen del impulso emprendedor y la capacidad de sacrificio paterna y tampoco han adquirido calificaciones profesionales prometedoras en su paso por el sistema escolar. Los estudios afirman que el problema grave está en esta segunda generación, que no tendrá fácil su entrada en el mercado laboral ni tampoco podrán «volver a casa» porque ésta es ya España.

http://www.elmundo.es/suplementos/nuevaeconomia/2007/385/1189288801.html