Ideología

La nueva Controversia de Valladolid

(actualisé le )

El filósofo iraní Ramin Jahanbegloo invoca a Bartolomé de las Casas para declarar que "uno podría ser un musulmán residente en Europa tanto como un musulmán europeo. No hay contradicción entre esos dos términos, y no habría que pedirle a nadie que eligiera entre uno y otro, ni obligarle a hacerlo. No hay que olvidar que el precio de una Europa plural y democrática no es ni la estrategia del miedo ni la política del odio. Es la cultura política basada en la moderación y la deliberación que Las Casas formuló de este modo en su Apologética Historia Sumaria"

Le contesta Jesús Ruiz Nestosa que el debate quedó zanjado hace siglos cuando Vitoria gritó, en presencia del emperador Carlos V: "Trátenlos como seres humanos, porque ellos también tienen alma", refiriéndose a los indígenas.

Europa y el islam

RAMIN JAHANBEGLOO 29/08/2007

/.../ Al igual que en la polémica entre Las Casas y Ginés de Sepúlveda, el debate actual sobre Europa y el islam se enmarca en un contexto polarizado, en el que los que se consideran parte del mundo civilizado (los europeos) se ven a sí mismos en guerra con los nuevos bárbaros (los musulmanes). En consecuencia, dentro de este debate surge en Europa una concepción cultural dual, un punto de vista polarizado que enfrenta la cultura de los civilizados a la de los bárbaros. Es justo preguntarse aquí a quién le corresponde determinar quién es o no civilizado. En una ocasión en que a Mahatma Gandhi le pidieron su opinión sobre la civilización occidental replicó: "Creo que sería una buena idea". Con esto quería decir que la humanidad aún no ha concluido su misión civilizadora original.

Diez mil años no han generado mucha "civilización". Todavía nos enfrentamos a la pobreza, la tiranía y el fanatismo, que se esconden detrás de las civilizadas fachadas de la tecnología y el capitalismo. En cuanto a la idea de Europa como "fuerza civilizadora", su propia aparición como posibilidad y potencialidad en ese sentido se debe a otras culturas. Hace siglos que Europa lleva en la frente el concepto de interculturalidad, y omitirla u olvidarla sólo significaría que la historia del Viejo Continente se escribe y concibe en términos monoculturales. De ser así, Europa no sería una "buena idea" en el sentido en que Gandhi utilizaba el término civilización, es decir, entendiendo que designaba una cultura de la diversidad en proceso continuo, sino que, después de todo, seguiría siendo una "no idea". Es mucho más realista abordar la civilización europea desde el pluralismo que desde la singularidad. Hay muchas culturas europeas, ¡pero sólo hay una Europa y Europa es una buena idea! Europa es una trayectoria, no un destino. Al igual que la democracia, es un proyecto inacabado. Nos estamos engañando si proclamamos que hemos alcanzado una civilización europea. La civilización, como la democracia, es un ideal por el que merece la pena luchar /../

Si los europeos se sienten parte del destino de Europa y el Viejo Continente no tiene nada que temer del islam, en esta ocasión el resultado de la nueva Controversia de Valladolid no sólo será el reconocimiento de la "alteridad" de los musulmanes, sino la aceptación de que la diversidad cultural europea es algo legítimo. De este modo, uno podría ser un musulmán residente en Europa tanto como un musulmán europeo. No hay contradicción entre esos dos términos, y no habría que pedirle a nadie que eligiera entre uno y otro, ni obligarle a hacerlo. No hay que olvidar que el precio de una Europa plural y democrática no es ni la estrategia del miedo ni la política del odio. Es la cultura política basada en la moderación y la deliberación que Las Casas formuló de este modo en su Apologética Historia Sumaria: "... claramente parece no haber naciones en el mundo, por rudas e incultas, silvestres y bárbaras, groseras, fieras y bravas y cuasi brutales que sean, que no puedan ser persuadidas, traídas y reducidas a toda buena orden y policía y hacerse domésticas, mansas y tratables, si se usare aquel camino que es propio y natural a los hombres mayormente, a saber, por amor y mansedumbre, suavidad y alegría".

Si no tenemos en cuenta voces como las de Las Casas, podríamos terminar asumiendo la benevolencia de la civilización que Ginés de Sepúlveda propugnaba, respaldándola con la firme necesidad de controlar a los pueblos atrasados, por medios militares si es necesario.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Europa/islam/elpepuopi/20070829elpepiopi_5/Tes

La "Controversia de Valladolid"

Jesús Ruiz Nestosa - Salamanca - 05/09/2007

El artículo de Ramin Jahanbegloo Europa y el islam, publicado en su edición del miércoles 29 de agosto, encuentro que es tendencioso ya que, después de realizar una larga introducción refiriéndose a la llamada "Controversia de Valladolid", termina relacionándola a la situación de Europa y el islam preguntándose quién será el responsable de juzgar a quién.

La "Controversia de Valladolid" es el nombre que recibió la discusión mantenida por fray Bartolomé de las Casas (defensor de los pueblos indígenas) y Esteban Ginés de Sepúlveda (partidario de usar la fuerza para someter a dichos pueblos) en 1542. Los resultados escoraron hacia Sepúlveda. No se debe olvidar que De las Casas se destacó por sus denuncias de los excesos que cometieron algunos de los conquistadores en tierras de América, pero no precisamente por su pensamiento.

El autor del artículo no menciona en ningún momento a fray Francisco de Vitoria (Burgos, 1483-Salamanca, 1546), piedra miliar en la discusión que se desarrollaba entonces en España sobre los indígenas que habitaban las nuevas tierras. Vitoria tuvo que desarmar, pieza por pieza, todo el pensamiento de Aristóteles sobre los pueblos "naturalmente esclavos", y posteriormente hizo lo mismo con las ideas de santo Tomás de Aquino, que le había dado una pincelada de cristianismo a las mismas ideas del filósofo griego. Fue Vitoria quien gritó, en presencia del emperador Carlos V: "Trátenlos como seres humanos, porque ellos también tienen alma", refiriéndose a los indígenas.

Quizá habría que llevar adelante un aggiornamento de cinco siglos, es verdad, releyendo de nuevo -o leyendo por primera vez- dos obras monumentales de Francisco de Vitoria: De Indis (1539) y De iure belli (1539), para entender que hubo alguien que le dio solución a aquella "controversia".

De acuerdo con el artículo que ya mencioné, el lector termina con la sensación de que España (y todo el resto de Europa también) no pudo solucionar el problema de si los indígenas tenían alma o no, cuando hubo gente que sí le dio una respuesta clara, precisa y, sobre todo, de un gran rigor intelectual.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Controversia/Valladolid/elpporopi/20070905elpepiopi_11/Tes

Sur la question de Las Casas et la tyrannie des Espagnols, voir « L’histoire revisitée » chapitre XXII de ma thèse :

http://espaprender.free.fr/spip/spip.php?article292