Medio ambiente

Desertificación, «uno de los desafíos a los que se enfrenta la Humanidad» El Príncipe de Asturias inauguró en Madrid la cumbre de la ONU contra esta amenaza mundial

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Madrid- 4 de Septiembre de 2007. B. Tobalina

La desertificación amenaza los medios de subsistencia de 1.200 millones de personas, especialmente de África, donde la esterilidad de la tierra supone una clara desventaja para «luchar» en un mundo globalizado como éste. Pero la amenaza avanza, y la comunidad internacional reclama pasar a la acción, quizás porque esta contrarreloj comenzó también para ellos; sobre todo en España, donde la pérdida de suelo fértil no cesa. Con el fin de poner freno a la degradación de la Tierra, Madrid se convirtió ayer en la sede de la octava Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, en donde se espera que antes de que llegue a su fin, el 14 de septiembre, se dé luz verde a un plan en el que se tomen las medidas oportunas para frenar este proceso.

Cuestión ética

En la inauguración de la cumbre, el Príncipe de Asturias recordó que «la desertificación figura entre los grandes desafíos ambientales a los que se enfrenta la Humanidad». Estamos «ante un desafío ético» global en el que «merece destacar el papel tan importante que en esta lucha contra la desertificación desempeñan las comunidades locales», destacó. Don Felipe recordó las actuaciones realizadas para tratar de frenar este proceso en España, como el Plan de Reforestación, aprobado en 2002, con el que «se han repoblado cinco millones de hectáreas, el 10 por ciento del país».

Pero para que la cumbre no se quede sólo en palabras, hay que «enfocar nuestras energías en el establecimiento de un presupuesto que permita llevar a la práctica las decisiones que se aprueben en la convención», hizo hincapié el presidente de la séptima edición de este evento, el ministro de Medio Ambiente de Kenia, David Mwiraria.

En este sentido, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, destacó la necesidad de pasar a la acción, después de 10 años de historia. «Espero que esta cumbre marque un antes y un después». Ha llegado el momento de actuar, ya que «conocemos bastante bien las causas de este proceso: actividades agrarias, ocupación de suelo fértil por urbanismo, explotación de acuíferos, deforestación e incendios forestales», entre otros, recordó. La desertificación es, además, según Narbona, «un desafío desde el punto de vista de los derechos humanos, por el hambre y la desesperación» que causa. Por eso, «España ha multiplicado por dos la ayuda al desarrollo» de países afectados, añadió.

Pero nuestro país, además de ser un país donante, es también un país afectado, por lo que se están reorientando, según Narbona, «algunas de sus políticas, como la del agua, las agrícolas y las de uso de suelo». Algo esencial en un país como España, donde ya «un tercio del territorio está seriamente afectado por la desertificación y un porcentaje aún mayor corre riesgo de pérdida de calidad de suelo», aseguró. Ante esta realidad, España pretende tomar un mayor protagonismo en esta lucha. «2006 fue el año internacional de los desiertos, no podemos dejar que el siglo XXI sea el de la desertificación», concluyó la ministra.

Para el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, la capital es un ejemplo de desarrollo sostenible, ya que cuenta con «más de 50 millones de metros cuadrados de zonas verdes. Esta extensión aumentará aún más cuando en 2008 plantemos un millón y medio de nuevos árboles, que absorberán 9.000 toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2)», precisó.

http://www.larazon.es/noticias/noti_soc37972.htm