El palo al independentismo catalán del geógrafo francés más influyente 01.09.2019

Christophe Guilluy, autor de ’No Society’, señala que en Cataluña se ha producido un proceso de “secesión social y cultural”

Los geógrafos han comenzado a tomar la palabra. El fenómeno no es propio de Cataluña​ ni del resto de España. Es europeo y mundial. La tesis es que el mundo ha iniciado un proceso que beneficia a las grandes ciudades mundiales, en detrimento de sus territorios nacionales. Es un movimiento que impulsan los sectores sociales con más poder económico, porque no quieren saber nada de conceptos como la solidaridad nacional. Lo ocurrido en Cataluña en los últimos años se enmarca en esa dinámica, según el geógrafo francés Christophe Guilluy, autor de No Society. El fin de la clase media occidental (Taurus), una obra leída y discutida en toda Europa. Su diagnóstico para Cataluña es contundente: “Presentado como un caso de irredentismo cultural, el separatismo de los catalanes revela en primer lugar una reacción de las regiones ricas a la crisis económica y el hundimiento de las clases medias españolas”.

La tendencia es global. La exigencia de un capitalismo global, promocionado por las burguesías locales que más se han beneficiado, lleva a un proceso en el que se olvida el territorio y las clases populares que no pueden acceder a ese nuevo mundo. Con ello, se dejan de lado las clases medias que actuaban como pegamento. Y éstas ya no disponen de poder ni medios para ejercer como el colchón que permite una sociedad cohesionada, y, políticamente, moderada.
Cataluña, modelo "ejemplar"

Guilluy entra a fondo en el caso de Cataluña, al considerarlo como un modelo “ejemplar” para entender el nuevo fenómeno. Su idea, al constatar también lo que pasa en Francia, con un puñado de ciudades que funcionan, mientras se ha dejado en la estacada al territorio francés, es que se ha creado un contexto político favorable a la secesión territorial de las burguesías, sean locales o se consideren nacionales en un determinado lugar. “Los movimientos independentistas suelen ocultar un proceso de secesión social y cultural que en realidad se propone desmantelar las solidaridades nacionales y validar el modelo territorial desigualitario de la globalización, el de las grandes ciudades. Más que una renovación del nacionalismo​, es antes que nada la secesión de las burguesías que lleva en estado latente la balcanización de los países desarrollados”, sentencia el autor de No society.

Su mirada se centra en Barcelona, al entender que Cataluña se ha transformado en una “región-metrópolis”. Insiste en que puede ser un modelo para explicar cambios mundiales: “La región-metrópolis catalana es ejemplar. Cataluña es una región rica, muy rica (genera el 20% del PIB español, donde vive el 15% de la población). Integrada en la economía-mundo, se estructura alrededor de su gran ciudad, Barcelona, que concentra a cerca de la mitad de la población catalana. En un país debilitado por un modelo económico globalizado que está viendo desaparecer a su clase media, parece la excepción. Presentado como un caso de irredentismo cultural, el separatismo de los catalanes revela en primer lugar una reacción de las regiones ricas a la crisis económica y el hundimiento de las clases medias españolas”.

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