Carta a Arnaud Beltrame, gendarme asesinado en el atentado de Francia y héroe del supermercado de Trébes PABLO SEGARRA REDACTOR JEFE 20MINUTOS

Señor teniente coronel Arnaud Beltrame: Dicen que a menudo los héroes son desconocidos. También dicen que en muchos casos encontramos móviles nobles y heroicos para actos que hemos cometido sin saber o sin querer.

Usted se ha hecho famoso porque decidió intercambiarse el pasado viernes para liberar a la mujer que un terrorista yihadista utilizaba como parapeto en un supermercado de la ciudad francesa de Trèbes. Lo hizo voluntariamente y sabiendo el grave riesgo al que se enfrentaba.

Tenía usted 44 años y sabía que arriesgaba su vida. El terrorista Redouane Lakdim aceptó el trueque que usted le proponía.

Desgraciadamente, acabó disparando varias veces contra usted. Cuenta la prensa francesa que se casó usted, en el lecho de su muerte, con su pareja, Marielle, y ya no pudo sobrevivir a los destrozos provocados por las balas.

Pero gracias a su decisión logró salvar otra vida. Pocos seres humanos llevan a cabo actos tan heroicos. Pocos, por ello, merecen ser calificados como héroes. Usted forma parte de los verdaderos héroes, de esas personas anónimas que son todo un ejemplo para una sociedad.

Toda Francia llora su muerte, y la de otros dos rehenes, pero al mismo tiempo se muestra orgullosa de albergar a personas como usted entre ellos. En España también hay héroes anónimos, entre la Policía y fuera de ella.

Por ejemplo Rubén, un agente del Cuerpo Nacional de Policía, quien salvó a una mujer que cayó desmayada a las vías del metro de Madrid hace cinco años. Fuera de servicio, arriesgó su propia vida porque sabía que el metro se acercaba, pero no dudó.

Ayer, un joven de 15 años salvó la vida de su padre en Pamplona gracias a que le practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar. Este otro ejemplo pone en valor la importancia de la formación, de jóvenes y no tan jóvenes, a la hora de hacer frente a situaciones de riesgo.

El joven navarro había recibido formación sobre técnicas de reanimación en su colegio de forma reciente. Sin ella, probablemente no hubiera podido salvar la vida de su propio padre. Pero lo hizo.

Estos ejemplos de heroísmo improvisado son dosis de optimismo muy necesarias en medio de tantas y tantas noticias negativas.

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