REPORTAJE: 24 HORAS EN... NIZA

Guirigay en la Costa Azul

(actualisé le )

Niza, una ciudad donde triunfa la ensalada Niçoise, plagada de ingredientes mediterráneos. El histórico Paseo de los Ingleses bordea la bahía y acoge al hotel Negresco, resumen de un pasado de ’glamour’

USE LAHOZ 08/08/2009

Desde que en 2007 se inaugurara la red de tranvía, Niza ha recibido una inyección de dinamismo que la hace tan cómoda como apetecible. Glamour y belleza conectan de cara al mar, en una ciudad encantada de robarle brillo al sol de la costa azul.

10.00 Elegante populismo

Descender la Avenida de Borriglione - A, entre el rumor de los tranvías y el guirigay de los patios de colegio, es un buen síntoma de lo que puede deparar la ciudad. Se suceden salones de té como Les délices de Borriglione (avenida de Alfred Borriglione, 30), brasseries y épiceries que empiezan a recibir clientes en un barrio que tiene como estandarte unos edificios art déco que revelan el esplendor arquitectónico del siglo XIX. La conservación de las fachadas crea un juego cromático mientras que las contraventanas, típicas de la ciudad, se mantienen dentro de una uniformidad que la vista agradece. Estas avenidas mezclan refinamiento ornamental y populismo a la italiana. Por momentos, Niza es una ciudad de Italia puesta en Francia. De hecho, no fue francesa hasta 1860.

11.30 La lechuga y mucho más

En la plaza Masséna (2), enriquecida con esculturas de Jaume Plensa, el tumulto y el color se dan un baño de ego. Para que no queden dudas del ánimo bullicioso, la Rue de France (3) ejerce de reducto comercial. Y, un poco más allá, atravesando la plaza, se entra en la Vieja Niza - D. El Marché aux Fleurs (5) (Cours Saleya) es un espacio compartido por los anticuarios (lunes de 7.00 a 18.00); un mercado de frutas y verduras distinguido por el Conseil Nacional des Arts Culinaires (todos los días excepto lunes); un mercado de artesanías (de junio a septiembre por las noches) y restaurantes que lo bordean. Para ser consecuente con el ADN autóctono lo primero que se ofrece para comer es la ensalada Niçoise, plato típico que se puede hacer en casa. Sobre una base de lechuga romana se coloca tomate, pimiento, pepino, alcachofas, anchoas, atún, cebolla, huevo duro y aceitunas negras. Se aliña con una vinagreta y listo. También existe la versión bocata, llamada pan bagnat, presente en todas las boulangeries.

La Ópera - F (4-6, Rue Saint François de Paule; www.opera-nice.org), reconstruida por Charles Garnier en 1881, y el Palacio de Justicia (7) (1, Place du Palais de Justice) requieren igual atención que estas callejuelas por las que se cuelan milímetros de sol y chicos en monopatines. El equilibrio de colores en los edificios, las ropas tendidas y los antiguos lavaderos dan un toque costumbrista.

13.00 Helados frente a la catedral

Para subir al Château de Niza (8) (Montée du Chateau, s/n) se recomienda el ascensor (90 céntimos). Las vistas de la ciudad, desde una colina con parque apto para el pic-nic, y la curva trazada por la Promenade des Anglais merecen la visita. Conviene descender hasta la Place Rossetti - I. Seductora pero invadida por las terrazas de los restaurantes. Plaza tomada, la llamaría Cortázar. Será complicado resistirse a la mítica heladería Fenocchio (Place Rossetti, 2). Enfrente, la competencia ha abierto otra llamada Pinnochio, que aunque no tiene la misma cola, más de uno pica. La catedral Sainte Réparate de Niza (10) (Place Rossetti, 3. Abre todos los días de 9.00 a 12.00 y de 14.00 a 18.00) tiene menos público que Fenocchio, pero los que gusten del barroco se pondrán las botas.

Interesa seguir por la Rue Droite, pues la casa de comidas Chez Palmyre (11) (Rue Droite, 5) es una institución. En la puerta una reseña del New York Times y en las mesas, comida casera desde 1925. No es comedor para el turista meticuloso ni para el gourmet que venera la cocina molecular, pero sí para el que gusta de mantel a cuadros y plato rebosante. Tomar pastis en Chez Dominque (12) (Rue Droite, 3), fundada en 1926, puede resultar tan decadente como entrañable. Si regresa a Niza en 2066, los dos seguirán igual. Esta calle no olvida el Palacio Lascaris (13) (Rue Droite, 15. Cierra los martes. De 10.00 a 12.00 y de 14.00 a 18.00. Gratis. www.nice.fr), que exhibe instrumentos antiguos. Continuando el recorrido aparecen un sinfín de talleres hasta la Place Saint Françoise y la animada Rue Pairoliere.

15.00 De color ’azul klein’

Garibaldi nació en Niza y tiene estatua y plaza con dos referentes gastronómicos: el Café de Turín (14) (Plaza Garibaldi, 5), ideal para mariscos, y Le Petit Gari (15) (Plaza Garibaldi, 2), con cocina de lo más tradicional. A dos pasos, el MAMAC (16) o Museo de arte moderno y contemporáneo (Promenade des Arts-Esplanade Victoires; de martes a domingo de 10.00 a 18.00. Gratis. www.mamac-nice.org), que simboliza el triunfo del arte en una ciudad volcada en él. Yves Bayard y Henri Vidal proyectaron cuatro torres de mármol gris acopladas por pasarelas diáfanas. En la antesala un móvil de Calder y una réplica del Monstruo del Lago Ness de Niki de Saint Phalle. El museo siente predilección por la escuela de Niza, cuyo artista nativo Yves Klein es el máximo representante. Klein apostó por las pinturas monocromas y descubrió el blue klein, un azul absorbente que levanta pasiones. Sus fans cuentan que este visionario del arte pintó la tierra de azul y que los astronautas, desde el espacio, dijeron después que ése era el color de la tierra. Desde el museo se ve un emblema arquitectónico de la ciudad, la Biblioteca Louis Nucéra - Q (plaza de Yves Klein, 2. De martes a domingo de 13.00 a 18.00. Gratis) monumento-escultura apodado la tête carrée (cabeza cuadrada), del escultor Sacha Sosno.

17.00 Enamorados de la luz

Indecisión. Para los amantes del arte, Niza es un problema. Hay veinte museos de primera. El Museo Matisse (18) (Avenue des Arenes, 164. Martes cerrado. De 10.00 a 18.00. www.musee-matisse-nice.org) expone un recorrido por la obra del pintor. Mientras la guerra devasta Europa, el artista hallaba su paraíso en Niza, donde estuvo desde 1917 hasta su muerte en 1954. Vive en hoteles, solo con sus lienzos y la ventana abierta, enamorado de la luz. Si es fan de Chagall irá al Museo Nacional Marc Chagall - S (Avenue du Docteur Menard, s/n. De 10.00 a 18.00. Martes cerrado. 6,50 euros. www.musee-chagall.fr) para gozar de pinturas, esculturas o vidrieras. Si aún le gusta más el arte naïf, no se perderá el Museo Anatole Jakolovsky (20) (Castillo de Sainte-Hélène-Avenue du Fabron. De 10.00 a 18.00. Cierra martes. Gratis. www.nice.fr). Si prefiere el arte asiático hay que acudir al Departamental de Artes Asiáticas (Promenade des Anglais, 405. De 10.00 a 18.00. Martes cerrado. Gratis. www.arts-asiatiques.com), en el lago artificial del parque Phoenix, cuyo edificio de mármol y cristal es obra de Kenzo Tange

19.00 El espíritu de la ’belle époque’

Después de tanto museo es hora de acercarse al agua y darse un baño. La playa de Niza - 21, toda de piedras, dibuja un perfil siguiendo el trazo de un exquisito paseo marítimo, la Promenade des Anglais. El hotel Negresco - 22 es el referente para no perderse y revivir el espíritu belle époque. A sus pies es un buen lugar para bañarse, desde el agua se tienen las mejores vistas del hotel.

» Use Lahoz es autor de Los Baldrich (Alfaguara).

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