Comercio Internacional

Crisis en el ’Made in China’

DAVID JIMÉNEZ desde Bangkok.

1 de octubre de 2008.- ¿Qué le pasa al Made in China? En el último año y medio comida para mascotas fabricada en China ha matado a perros y gatos en EEUU, millones de tubos de pasta de dientes han sido retirados en todo el mundo, juguetes peligrosos han sido vendidos en miles de centros comerciales, medicamentos chinos han envenenado -y matado- a pacientes y productos lácteos contaminados han creado la mayor crisis alimentaria de la historia reciente en el país asiático.

El último escándalo ha tenido el efecto adicional de acabar con la luna de miel del Gobierno chino consigo mismo tras el éxito de los Juegos Olímpicos, exaltados por los apologistas de la dictadura de Pekín como un ejemplo de la superioridad de su modelo autoritario sobre las democracias. Pero mientras los atletas ganaban medallas y el mundo se asombraba ante la efectividad china, los defectos de ese mismo sistema estaban germinando en la trastienda el drama que ha hecho enfermar a miles de niños: padres que habían identificado la enfermedad de sus hijos con la leche contaminada fueron callados y amenazados, funcionarios corruptos decidieron mirar otro lado y el Partido Comunista impidió una alerta a tiempo con su obsesión por el secretismo, la censura de la prensa y su incapacidad de crear un sistema de regulación transparente basado en la responsabilidad. Si los líderes del Partido Comunista chino que no debe responder ante nadie, ¿cómo hacer que sus funcionarios o los empresarios ligados a la elite económica sientan que deben hacerlo?

Todo estaba en su sitio para que empresarios avariciosos añadieran melamina a sus productos para reducir el más costoso contenido lácteo y aumentar los beneficios. El régimen chino le dice al mundo una vez más que no se meta en sus asuntos internos, pero el escándalo de la leche contaminada es la confirmación de que las dictaduras pueden ser perjudiciales para la salud…también de los que no viven en ellas. En 2003, el virus del SARS mató a más de 800 personas y llevó el pánico a medio mundo porque las autoridades chinas decidieron ocultarlo durante meses, negándose a prevenir a otros países o a sus ciudadanos de un peligro que conocían. Las advertencias sobre la leche contaminada también fueron barridas bajo la alfombra, en este caso para no deslucir los Juegos Olímpicos. El problema, mientras, se ha extendido por el mundo con el hallazgo de productos contaminados en decenas de países.

El número de productos defectuosos que salen de China sigue siendo mínimo en comparación con lo que produce la ’fábrica del mundo’, pero la cadena de incidentes ha puesto contra las cuerdas la imagen del ’Made in China’ en un momento en el que sus fábricas empiezan a ser menos competitivas por el aumento de los costes laborales. Los empresarios desaprensivos y los corruptos líderes chinos son dos de los responsables. Pero hay un tercero que nunca acaba de asomar la cabeza: las multinacionales occidentales y, de forma indirecta, nosotros mismos, los consumidores.

Esperamos que China fabrique más, mejor y más barato. Las empresas occidentales amenazan a sus subsidiarias chinas con llevarse sus fábricas a otro lugar si no abastecen de productos a precios imposibles. Hace un par de años, visitando la fábrica Mou Yip de Shenzhen, me encontré con cientos de trabajadores haciendo ositos de peluche para Wal-Mart, el gigante de los supermercados estadounidense. Las condiciones de trabajo era ínfimas y en la trastienda se encontraban varios niños. Xu Feng Huan, la fundadora de la fábrica, me dijo que no podía hacer otra cosa. "Cada año exigen precios más bajos y saben que eso nos obligará a tener a los trabajadores en esta situación. ¿Qué otra cosa podemos hacer?".

El desarrollo chino y la nueva riqueza de las zonas industriales han logrado que cada vez sean menos los chinos que se dejan explotar por un sueldo de miseria. Los fabricantes han tenido que encontrar nuevos métodos de ahorro para alcanzar el precio que se les exige. ¿Qué tal añadir melamina a la leche? ¿O pintar los juguetes con pinturas más baratas e inseguras? El ’Made in China’ es sólo el punto de partida en la inmensa cadena que mantiene nuestros centros comerciales abastecidos con las últimas ofertas. Un modelo que, lentamente, toca a su fin. ¿O no? Porque los avispados empresarios del llamado mundo desarrollado ya están encontrando lugares donde prolongar la misma estrategia, desde Camboya a Mali.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/10/01/blog01/1222847588.html