E. Mendoza: Con él se armó el Belén

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El prolífico escritor Eduardo Mendoza presenta ‘El asombroso viaje de Pomponio Flato’, una parodia de las novelas de intriga histórica ambientada en la Palestina del siglo I

TONI POLO - Barcelona - 08/04/2008 07:15

Novela histórica. Novela policíaca. Parodia. Sentido del humor. Inteligencia. De todo un poco encontramos en la nueva novela de Eduardo Mendoza, El asombroso viaje de Pomponio Flato (Seix Barral). De todo, pero siempre en su justa medida. El autor bucea en la Palestina del siglo I poniéndose en la piel de un patricio romano venido a menos que, buscando la fuente de las aguas de la sabiduría, se ve envuelto en la resolución de un asesinato por el que, ese mismo día, al crepúsculo, va a ser crucificado José, un carpintero de Nazaret, esposo de María y padre de Jesús...
En el histórico marco de las columnas del templo de Augusto en Barcelona, el punto más alto de la Barcino romana, el escritor desmenuzó ayer algunos detalles del libro.

La trama detectivesca ubicada en el pasado lleva inevitablemente a la comparación con la novela de intriga histórica que puso de moda Dan Brown con El Código Da Vinci. Mendoza se quedó asombrado al ver que en los lugares donde transcurre la obra de Brown, como Saint-Suplice, había larguísimas colas de visitantes. Así que decidió leer esa novela. Y no le gustó.

Para las masas lectoras

Por eso, se puede ver en la aventura de Pomponio una nueva versión del Quijote: las novelas de caballerías se transformarían aquí en las novelas históricas de consumo masivo. En este caso, lo que le molesta a Mendoza es la repetición de unos argumentos que sí funcionaron una vez y fueron un éxito a todos los niveles, pero eso no justifica que se abuse de ellos lo que se ha abusado.

Con este nuevo libro, todo apunta a polémica religiosa. Mendoza monta un pesebre muy particular y transgresor. El niño Jesús de la novela aparece como un pillo de barrio: “De corta edad, rubicundo, mofletudo, con ojos claros, pelo rubio ensortijado y orejas de soplillo”. Mendoza se escuda en que nadie sabe cómo era realmente Jesús. De hecho, no se puede afirmar ni siquiera que haya existido. Pero el autor rechaza la polémica: “Si yo fuera creyente, me lo tomaría como una broma”, dijo sin ningún temor.

El conflicto que plantea en los albores del Cristianismo entre el mismísimo niño Jesús y un ciudadano de la politeísta Roma. Así se sirve de sabrosos e irreverentes diálogos: “¿Por qué dijo Lázaro que los últimos serán los primeros?”, pregunta el pequeño a Pomponio. “Porque es un imbécil. Y no me hagas hablar”, responde el patricio. O el propio José (¿santo?) explica: “Soy poco dado a la violencia. Una vez, dudé de la honestidad de mi esposa y estuve a punto de zurrarla. Por suerte, no lo hice...”, escribe.

No se trata la violencia doméstica, ni mucho menos, pero sí hay muchos anclajes en la actualidad. El ejemplo más claro es la especulación inmobiliaria. “No es que entonces fueran muy sabios porque hacían lo que se hace en la actualidad, es que no hemos mejorado nada”, comentó el también autor de La ciudad de los prodigios.

Entretenimiento inteligente

Mendoza escribe en un lenguaje divertido, rápido –es un maestro en los diálogos– y bien argumentado gracias a sus lecturas de historiadores clásicos. También echa mano de frases de la Biblia o de los Evangelios. Frases que, a pesar de su procedencia, nos suenan a todos. En ellas, apoya muchos de los guiños que plagan las páginas: “Alguien muy tarugo, que no tenga una cultura general muy básica, quizá no capte todos los guiños de esta novela”, dijo.

Pero sólo pretende una cosa: entretener. Si tenemos en cuenta que contar historias entretenidas requiere “el uso del cerebro”, tenemos en El asombroso viaje... una novela inteligente con muchas referencias, no sólo literarias.

Mendoza se confiesa un gran admirador de los Monty Python y reconoce la influencia de sus películas. Pero, claro, se hace muy difícil leer el libro sin imaginarse alguna escena de La vida de Brian. Los personajes, desde los comentados hasta el tullido mendigo Lázaro, pasando por el mayordomo griego de la víctima, la pequeña María Magdalena o los Reyes Magos, están muy en la línea de ese surrealismo ácido del grupo británico.

El desenlace queda para la lectura. Y, como en toda trama detectivesca, el buen aficionado se dejará engañar por todas las pistas, mientras que, en palabras de Mendoza, “el tonto descubrirá al asesino en seguida, porque no entiende el juego”.

Más aventuras de Mendoza

· ’El misterio de la cripta embrujada’. El ‘detective’ es un enfermo mental que se enfrenta a la enigmática desaparición de unas colegialas de la zona alta de Barcelona .

· ’La aventura del tocador de señoras’. El protagonista, sin nombre, abandona el manicomio y va a parar a una peluquería. Pronto se ve implicado en un asesinato como principal sospechoso.
· ’Sin noticias de Gurb’. Gurb tiene que informar a su planeta de la vida terrícola. La vive y la sufre en un diario memorable en la Barcelona de los primeros 90.

· ’El último trayecto de Horacio Dos’. El protagonistas es un comandante espacial esperpéntico al mando de una nave de “delincuentes, mujeres descarriadas y ancianos improvidentes”.

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